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Erasmo, humanista sin fronteras

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Amsterdam. Con motivo del quinto centenario de la publicación del Elogio de la locura, Rotterdam ha organizado una exposición de carácter biográfico, “Erasmo en imágenes”. Antes de que esta ciudad fuese conocida por ser el puerto de más tráfico de Europa, o por su club de fútbol Feyenoord, era ilustre por ser la cuna de Desiderius Erasmus (1466-1536), escritor humanista cuya influencia en el terreno de la educación y de la promoción de la formación clásica fue considerable.

Con su obra crítica abonó el camino para la Reforma protestante, aunque siempre se negó a unirse a los reformadores y murió en la Iglesia católica. La muestra explica en imágenes su vida, su época y su pensamiento.

Las 120 obras están agrupadas en cinco temas: retratos de Erasmo; ciencia y educación; guerra y paz; iglesia y fe, y, por último, Elogio de la locura. Cuadros, sobre todo retratos, esculturas, objetos de uso suyos y de su tiempo, manuscritos y libros del siglo XVI, préstamos de museos de Londres, Nueva York, Amberes, Viena y Madrid, completan el contenido con los propios fondos del museo de Rotterdam y otras instituciones holandesas.

El visitante hace un recorrido que va uniendo pequeños espacios creados para dar intimidad a cada capítulo de su biografía. Citas de su obra pintadas con letras enormes decoran los largos pasillos de color azul oscuro que rodean la exposición. El conjunto resulta sobrio, elegante y serio, adjetivos que también definen a Erasmo.

Diecisiete retratos

Entre los diecisiete retratos del humanista con los que se inicia el recorrido, está el más famoso de Hans Holbein el Joven (1523), préstamo del Museo del Louvre. Erasmo fue monje agustino y en 1492 fue ordenado sacerdote. Después sigue estudiando y escribiendo en las universidades de París, Lovaina y Turín además de viajar a Inglaterra. En 1517 recibe dispensa papal para dejar de depender del convento y no usar los hábitos. Aquí es, a sus 50 años, cuando aprovecha esta independencia para encargar retratos con los que obsequia a sus amistades sabiendo que también con ello pasará a la fama.

Por eso Holbein muestra al influyente humanista tal como él quería darse a conocer: de perfil, muy elegante, vestido con una especie de boina y una toga con puños y cuello de pieles; y escribiendo, leyendo o en actitud pensativa. De este modo, Erasmo, con sus exigencia de cliente hacia el artista, pone de moda el tipo de retrato del erudito renacentista. No sólo Holbein, también Alberto Durero, Quinten Massys y otros pintores realizaron numerosos retratos suyos con el mismo fin.

La extensión de su fama por toda Europa fue rápida. Se conserva también una pequeña imagen suya que se colocó en la fachada de su casa natal tras su muerte. En 1622, Hendrick de Keyser realizó una escultura monumental de bronce, la más grande hasta entonces dedicada a un ciudadano de lo que después sería los Países Bajos. Esta sigue estando frente a la iglesia de san Lorenzo.

Educar a la juventud

Una edición de Cosmographia Universalis de 1550, préstamo de la Biblioteca Nacional de Madrid, que lo cita varias veces, deja ver que no todo el mundo lo admiraba, sobre todo, después del Concilio de Trento por el avance del protestantismo, al cual favoreció. En uno de los retratos de Erasmo que ilustra el libro su dueño le ha cosido la boca, cegado los ojos y llenado de tachaduras la cara. Además se lee: amigo de Sancho Panza.

Su empeño por educar a la juventud, por rehabilitar la antigüedad clásica, sus traducciones del Nuevo Testamento al latín, edición crítica de las obras de San Jerónimo, del que era un gran admirador, forman el segundo tema: “Ciencia y educación”.

Una vitrina muestra una mesa puesta con vajilla y cubiertos de la época sobre un mantel de lino blanco. En De civilitate morum puerilium, capítulo cuarto, Erasmo explica cómo deben comportarse los jóvenes en la mesa. Se hicieron 30 ediciones de esta obra.

Guerra y paz

Un busto de Carlos V y uno de sus retratos, realizado por Lucas Cranach (1533), préstamo del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, recuerdan sus relaciones con el emperador, para quien escribió antes de que lo fuera Institutio principis christiani (1516) sobre la educación del príncipe. Con el retrato del emperador entramos en el tema “Guerra y paz”. Aunque Erasmo fue un pacifista que aconsejaba a príncipes y políticos contra la guerra, ante la amenaza turca para Europa pensaba que la cristiandad tenía que recurrir a la guerra como último medio.

Una serie de grabados presenta en esta parte la fascinación por el enemigo turco, sus costumbres, alegoría de la paz y la concordia, retratos de autoridades de la época, el Papa Julio II de Hans Burgkmair (1511), o Francisco I de Francia o Maximiliano I en guerra con Venecia. El tema de la guerra también está abordado en sentido metafórico, como escribe Erasmo en su obra Enchiridion militis christiani (1503). El soldado cristiano tiene que vivir en lucha permanente contra las tentaciones del mundo y del diablo. Ilustra esta idea el grabado de Durero, El caballero, la muerte y el diablo (1513).

El tema de la religión y la fe lo cubren imágenes que resaltan aspectos que Erasmo criticó como excesos o bien sus criterios sobre devoción y arte cristiano. Una imagen que no le hubiese gustado, por ejemplo, la Virgen con el Niño, del Museo del Prado, de Jan Gossaert (1525), pues está dando de mamar al Niño sin ningún recato; un grabado de la revolución iconoclasta; otro de una romería a la Virgen de Reinsburg; el relicario de san Martín, la adoración de la eucaristía, temas sobre los que escribió Erasmo.

Muy significativo resulta el grabado de Georg Pencz, Sermón católico y protestante. A la izquierda un pastor protestante predica para su audiencia apoyándose en la Biblia en un entorno sobrio. A la derecha, un sacerdote hace lo mismo sin libro, el púlpito está muy decorado y todo el mundo sostiene en sus manos enormes rosarios. También aparece un grabado que representa la venta de indulgencias.

Influyentes amigos

En 1520 en la Universidad de Lovaina le piden que se defina en contra de Lutero; después de mucha insistencia, cuatro años más tarde publica El libre albedrío contra Lutero. Este no tomar postura resultaba ambiguo para ambos bandos, por lo que Erasmo, que eligió en 1521 vivir en Basilea por su clima más liberal, fue convirtiéndose en un personaje solitario. No obstante, durante su vida se rodeó de influyentes amigos por toda Europa.

A través de un discípulo, conoció a Tomas Moro, y aquí entramos en el último tema de la exposición, el “Elogio de la locura”. En uno de los siete viajes que realizó a Inglaterra le vino la idea escribir la citada obra -le aburrían las conversaciones de sus compañeros de viaje, comentará él mismo-. A su llegada a la mansión de Moro, lo escribió en siete días y se publicó dos años más tarde.

La exposición, sin entrar de lleno en el tema del libro, establece un paralelismo entre el tono satírico con el que Erasmo va pasando revista a la locura e insensatez humana y un estilo de pintura emergente en el momento. En el siglo XVI pintores como El Bosco, Quinten Massys, Alberto Durero, Cranach o Lucas van Leyden introducen temas y personajes grotescos tanto de la sociedad civil como de la religiosa. Estafadores, bufones, avaros, excesos de lujuria, forman una nueva iconografía, si bien con el intento de corregir lo que muestran, como es el caso de la obra de Erasmo. Unas 20 obras de los autores citados ilustran el último tema.

La exposición refleja un Erasmo de gustos refinados, pensador radical, humanista, educador y creyente crítico; en la Europa renacentista no hubo fronteras para él, por eso la UE no pudo hallar mejor nombre para el programa que auspicia el intercambio de estudiantes entre las universidades.

“Erasmo en imágenes”: Museo Boijmans van Beuningen (Rotterdam). Hasta el 8 de febrero de 2009.

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