Si antes la lectura de un libro estaba asociada a la paz y tranquilidad de un rincón donde poder, en silencio, entregarse al placer de sumergirse en una historia, hoy día han comenzado a cambiar los hábitos y es ya frecuente que alguien escuche una buena novela de Amor Towles, Maggie O’Farrell o Tolstói, o cualquier best-seller de moda, mientras pasea por la playa, en el gimnasio, cocinando, dando una vuelta por el parque más cercano o, ya en la cama, antes de dormir.
En los últimos años se han multiplicado las plataformas especializadas con todo tipo de servicios y prestaciones dedicadas al audiolibro: Storytel, Audible, Ivoox, Spotify, Literatura Sonora, Sonolibro, Podimo, Audioteka, Librivox, Nextory, Audiobooks, Everand, o la del Instituto Cervantes, entre otras. Si se quiere escuchar cuentos infantiles clásicos, se puede hacer en YouTube y las plataformas Colorín Colorado, Audiocuentos Disney, Cuentosparadormir.com, MundoPrimaria.com y otras muchas más. Algunos de estos sitios requieren suscripción; otros son gratuitos.
El auge del audiolibro se deja notar ya en la creciente oferta de títulos: si en el año 2017 había 6.000 en los catálogos españoles, en 2018 se pasó a los 8.000, en 2019 a los 10.000 y en 2025 ya hay disponibles más de 40.000 títulos. La gran mayoría de ellos están en castellano, aunque crecen los porcentajes de los escritos en idiomas cooficiales (por ejemplo, en catalán: el 11,3 %). Además, un 11,7 % de los que emplean este formato suele acceder a audiolibros en inglés.
Un aumento en la cantidad y en la calidad
Según la última encuesta del Barómetro de Hábitos de Lectura de 2024, del Ministerio de Cultura y la Federación de Gremios de Editores de España, el porcentaje de lectores españoles que recurren al audiolibro ha aumentado hasta el 7,9 % (en 2018 era del 2,4 %), un incremento que no ha pasado desapercibido a la industria del libro y que, como está sucediendo con otros formatos –por ejemplo, los podcast–, está revolucionando el acceso a la lectura y a la cultura en general.
La calidad de las grabaciones está aumentando según lo hace el número de usuarios: cada vez más actores profesionales se dedican a grabar los audiolibros, que también contienen versiones dramatizadas de algunos títulos y hasta efectos de sonido y música de banda sonora. Mientras que las editoriales se rascan el bolsillo para aprovechar este boom, los audiolectores no parecen estar haciéndolo en la misma medida: según la misma encuesta, el 71,3% de los usuarios de audiolibros accede a ellos de forma gratuita.
Las sesiones suelen durar, de media, 31 minutos, y son las mujeres entre los 45 y 54 años las que más frecuentan el audiolibro.
Mientras que el crecimiento de “audiolectores” en España es reciente y aún se mueve en cifras discretas, en otros países –y según datos del portal estadístico Statista– este formato lleva más tiempo implantado, como es el caso de China (42%), Sudáfrica (33%), México (29%), Alemania (27%), Brasil (24%) o Gran Bretaña (24%). En Francia, con datos de una encuesta de 2020 del sindicato de editores, el 58 % de los lectores siguen prefiriendo el papel, contra el 37% de los que usan dispositivos electrónicos. Asimismo, una amplia mayoría de los franceses encuestados (83%) reconoce haber comprado en los últimos doce meses un libro en formato de papel, frente al 23% que ha adquirido uno electrónico o el 11% que ha comprado un audiolibro.
Ventajas y desventajas
Según el informe de Nielsen para Audible Compass (abril 2025), entre los lectores que recurren a los audiolibros, el motivo más comentado es que les permiten poder escuchar un libro en cualquier momento, sin necesidad de que la lectura se convierta en una única y absorbente dedicación. Entre las tareas que compatibilizan con la escucha, destacan las labores domésticas y cocinar (67 %), sacar partido a los desplazamientos (48 %) o hacer deporte en el gimnasio (18 %). También hay quienes que los utilizan para mitigar el cansancio visual y como recurso para coger el sueño antes de irse a dormir.
Sin embargo, a día de hoy muchos lectores prefieren leer en papel. Las razones que más se suelen citar son que con los audiolibros son más frecuentes las distracciones, se pasa a depender completamente de la tecnología, a veces la calidad de las narraciones deja mucho que desear o que les resulta imposible subrayar y tomar notas.
La encuesta sobre Hábitos de Lectura del Ministerio de Cultura proporciona otros datos significativos sobre otros formatos de lectura digital, un hábito que, tras años de estancamiento, ha vuelto a crecer, hasta incluir a casi uno de cada tres lectores. La mayoría de ellos emplean el E-reader (12,7 %) y le siguen a continuación los que leen directamente en el ordenador (11,1 %) y el móvil (10,9 %). El 64,9 % de estos lectores descargan los libros de manera gratuita (e ilegal, como reconocen saber). El 35,1% paga por algunos libros digitales y tan solo hay un 16 % que paga siempre.
Las cifras que proporciona este Barómetro confirman, además, la buena tendencia de los últimos años en relación con la lectura en general. El porcentaje de españoles que lee en su tiempo libre crece hasta el 65 %, y llega al 75,3 % entre la población de 14 y 24 años.
Entre las causas que esgrimen los no lectores para no leer, la principal es la falta de tiempo. Quizás sea este sea uno de los motivos del crecimiento del audiolibro, una herramienta más versátil que el libro en papel, pues exige menos atención y dedicación y puede hacerse en cualquier momento y lugar.
Entre los géneros preferidos apenas hay diferencias con los libros en otros formatos, aunque es aún más pronunciada la tendencia a elegir libros de entretenimiento: misterio, thriller, novelas históricas y ciencia ficción (hasta el 67,9 %). No parece que los que quieran leer un ensayo recurran al audiolibro, aunque hay bastantes títulos de autoayuda y crecimiento personal. Y un dato llamativo: los usuarios de audiolibros tienen muy en cuenta las recomendaciones que provienen de diferentes canales de YouTube (44 %), de amigos y familiares (37 %) y de las redes sociales (31 %).