Ecos de lo eterno: Un viaje de la modernidad hacia lo contemporáneo

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Ecos de lo eterno
Pablo Picasso, “El almuerzo sobre la hierba según Manet” (1960) / foto: MARCO

El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) exhibe la muestra “Ecos de lo eterno: Un viaje de la modernidad hacia lo contemporáneo”, con obras de coleccionistas privados. Está dotada con piezas de importantes figuras de las vanguardias mexicanas, como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Juan O’Gorman, además de pioneros en el arte moderno como los reconocidos artistas Pablo Picasso y Marcel Duchamp.

Visitan en esta ocasión el MARCO (el interesante museo diseñado por el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta e inaugurado en 1991) importantes obras en distintos formatos. Hay óleos sobre lienzo, telares y dos pinturas sobre cerámica: Escenas de circo (s/f), creada por Picasso, y Nude on a blue cover (1950-1952), de Marc Chagall, que se exhibe por primera vez. Se debe destacar también la obra Nu aux bas noirs (1910), uno de los desnudos tempranos de Marcel Duchamp, de quien actualmente se conserva poca obra pictórica, y casi toda se encuentra en el Museo de Arte de Filadelfia, en Estados Unidos, y en el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, en Francia.

La muestra “Ecos de lo eterno” es, en fin, importantísima, porque reúne 140 obras de grandes artistas que marcaron el arte del siglo XX hasta la actualidad. Ha sido curada por Taiyana Pimentel, directora del museo, y Nínive Vargas. Con museografía de Mauricio Lobeira y MARCO, la exposición se sitúa en la planta baja del edificio.

Raíces del arte contemporáneo

La muestra tiene como objetivo que el gran público conozca las raíces del arte contemporáneo y pueda establecer vínculos para comprender la evolución de las diferentes propuestas a lo largo del tiempo, hasta llegar a la época actual y su influencia en México y, como eco, en otros países americanos. Está dividida en cinco ejes temáticos que desarrollan el contenido propuesto.

Marcel Duchamp “Nu aux bas noirs” (1910) / foto: MARCO

El primero es “Cimientos del modernismo europeo”, donde se pone de manifiesto la clara influencia de dos grandes íconos en la historia del arte: Marcel Duchamp, pionero del conceptualismo y otras tendencias del arte contemporáneo, y Pablo Picasso, clave en algunas corrientes pictóricas, como el cubismo. Ambos abrieron nuevos cauces en la representación que siguen vigentes: este, desafiando la figuración tradicional en la pintura con el cubismo; aquel, explorando el arte a partir de la intervención en la realidad, es decir, el artista como curador del mundo, al introducir los ready-mades, objetos cotidianos descontextualizados y “encontrados al azar”, bajo una significación distinta y desprovistos de su función original.

Otra sección de la muestra se titula “La modernidad mexicana”. Presenta obras de Diego Rivera y José Clemente Orozco como representantes del muralismo mexicano, un movimiento artístico de corte nacionalista en el que se exaltaba el conocimiento y el saber, reconociendo los orígenes prehispánicos, y donde se abordaron también las injusticias cometidas durante la conquista, así como escenas de los conflictos revolucionarios, obviados muchas veces en el relato oficial. Una de las piezas reseñables de este apartado es el boceto elaborado entre 1966 y 1967 por Juan O’Gorman previo al mural Retablo de la Revolución (Sufragio efectivo, no reelección).

La exhibición incluye el mayor conjunto de obras coleccionadas del mexicano Miguel Covarrubias, intelectual multifacético y figura emblemática del siglo XX, que destacó como artista, escritor, antropólogo y coleccionista. Podemos seguir su proceso de producción y su trayectoria desde su estancia en Nueva York, donde retrató a personalidades tanto de la élite neoyorquina –como en la famosa jazz-scene de Harlem–, como de la política mexicana. Se incluyen además obras como La isla de Bali (1937), libro ilustrado considerado por los expertos como uno de los más consolidados sobre la civilización balinesa y su arte en los años treinta. También pueden verse la serie de mapas murales Pageant of the Pacific (1938), para los muros de la Pacific House de San Francisco, edificio temático de la “Golden Gate International Exposition”, que se desarrolló entre 1939 y 1940.

“La evolución del modernismo a través de América” es otra sección donde puede comprobarse cómo a partir del surrealismo –en este caso, con Leonora Carrington–, las imágenes se convirtieron en una visión del subconsciente, una herencia que mantuvieron artistas como Roberto Matta y el recientemente fallecido Francisco Toledo.

Roberto Matta, “Lieberos” (s/f) / foto: MARCO

Por otro lado, los creadores Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz-Diez se convierten en pioneros del arte cinético, experimentando con efectos visuales que interactúan con el público. En esta exposición se presentan la pintura Binaria, de Soto, y la escultura Chromointerférence, de Cruz-Diez.

Refugio de intelectuales

“El éxodo en México” es la sección en la que se exponen obras de artistas llegados a México en la Segunda Guerra Mundial. En este país hallaron refugio grandes intelectuales de la época, como Mathias Goeritz (creador del Museo del Eco), de quien se muestra un mural de lámina de cobre realizado en 1959. También están representados algunos artistas que llegaron en su infancia y desarrollaron su carrera en México, como es el caso del discípulo de Goeritz, el pintor y escultor Pedro Friedeberg, uno de los creadores vivos más interesantes de la actualidad. Su producción presenta tintes de surrealismo, pues Friedeberg convivió con el nutrido grupo de artistas de esta corriente afincado en el país.

Pablo Picasso, “El almuerzo sobre la hierba (variaciones)” (1962-63), centro, y “Escenas de circo”, cerámica (s/f), derecha / foto: MARCO

“Marcando tendencia para el nuevo siglo” es la última sección de la exposición, donde se exhiben corrientes más recientes, como la de Vicente Rojo, artista asociado a La Ruptura, un movimiento pictórico que explora la geometría y se desliga de las representaciones del muralismo. También hay una muestra del arte actual, con exponentes internacionalmente reconocidos, como Gabriel Orozco y Francis Alÿs. El panorama mexicano mundialmente conocido mantiene también un diálogo con obras de artistas extranjeros que son parte de la misma escena internacional, como las propuestas pictóricas de David Hockney.

“Ecos de lo eterno” es una exposición muy completa y reseñable en el panorama cultural de Monterrey. Se aloja en un espacio donde encontramos guiños en las formas y el color de otro arquitecto e ingeniero mexicano importantísimo, Luis Barragán, y en uno de sus patios, la paloma del escultor, también mexicano, Juan Soriano, mirando al Cerro de La Silla desde el exterior.

Juan O’Gorman, boceto del mural “Retablo de la Revolución (Sufragio efectivo, no reelección)” (1966-67) / foto: MARCO

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