La industria cinematográfica europea, en alza

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Tras varias décadas de estancamiento, la industria cinematográfica europea está recuperándose. Así, mientras en 1994 se produjeron 70 películas en Gran Bretaña, en 1995 llegaron a 81, y en Alemania han pasado de filmar 57 películas en 1994 a 84 el año pasado. También en Francia se produjeron quince películas más en 1995 que en 1994.

Hay que resaltar que este avance del cine europeo ha sido favorecido en buena medida por las inversiones de los grandes estudios cinematográficos norteamericanos, especialmente de Walt Disney y Warner Bros., y también por el apoyo de algunos gobiernos europeos a su industria del cine. Es el caso de Irlanda que estableció en 1993 ventajas fiscales para la producción de películas, lo que ha hecho que se pase de una película producida en 1991 a 20 cuatro años después.

Los profesionales europeos que trabajan en el sector del cine, por un lado dan la bienvenida a las inversiones norteamericanas, pero por otro temen que la producción de películas exclusivamente europeas disminuya. Jeremy Thomas -director del Instituto Británico de Cine y uno de los productores independientes de cine más importantes de Gran Bretaña- en declaraciones al International Herald Tribune (27-II-96) afirma que «en el año 2010, las películas, los multimedia y la televisión serán los mayores creadores de empleo de Europa». De hecho, la elaboración de películas y productos audiovisuales empleó el año pasado a más de 850.000 personas, cuando hace diez años sólo daba trabajo a 630.000.

También en el sector de la distribución de películas, las compañías estadounidenses dominan actualmente el noventa por ciento del mercado en países como Gran Bretaña y Alemania.

Este año Warner Bros. abrirá un nuevo estudio de animación en Londres y un parque temático dedicado al cine en Alemania. Los estudios norteamericanos se están trasladando a Europa principalmente gracias a los bajos costes. Para Roy Button, máximo responsable de la Warner Bros. en Gran Bretaña, producir películas allís resulta un 35% más barato que en EE.UU., en parte gracias a la fortaleza del dólar y, sobre todo, a la debilidad de los sindicatos británicos.

Algunos expertos de la industria cinematográfica piensan que buena parte del auge del cine europeo se debe al aumento de la oferta de proyecciones, pues cada vez son más los cines que adoptan el modelo de múltiples salas de proyección. Ya existen salas de cine con 14 o más pantallas y varios miles de localidades, aunque lo habitual es un número más reducido. La cifra de espectadores ha aumentado en Gran Bretaña y Alemania, una media del 20% en los últimos cinco años.

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