Cómo el resto del mundo influye en el cine «made in USA»

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El hecho de que películas como Titanic obtengan el doble de beneficios en el extranjero que en EE.UU. hace que Hollywood diseñe sus productos pensando, en buena parte, en los gustos del resto del mundo. Así lo explica Sharon Waxman en un reportaje publicado en International Herald Tribune (27-X-98), del que tomamos algunos párrafos.

La mayoría de los americanos sabe que su cultura popular tiene una poderosa influencia en todo el mundo, al marcar actitudes, tendencias y estilos. Pero también lo inverso es cierto: el apetito mundial por los productos de entretenimiento de EE.UU. influye en la cultura norteamericana, en la medida en que lleva a realizar proyectos que pueden tener éxito en el extranjero y a desechar los que no se venderían.

Esto es especialmente evidente en la industria cinematográfica, donde los distribuidores norteamericanos ganaron el año pasado 5.850 millones de dólares en las taquillas de los cines del extranjero y donde los expertos estiman que el crecimiento puede seguir al ritmo del 6 ó 7% anual. (…) Se estima que la exportación de films supone 1,5 veces el valor de la taquilla en Estados Unidos. Pero una película como Titanic ganó el doble en el extranjero que en casa.

Cifras como ésas influyen cada vez más en las decisiones de Hollywood, así como en el contenido de sus productos. El mercado global es el motor que alimenta la producción en serie de películas de acción, con estrellas como Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone o Bruce Willis y atracones de efectos especiales como ocurre en Godzilla, Deep Impact o Twister. (…) Según los ejecutivos y productores, los distribuidores extranjeros están menos interesados en películas centradas en mujeres y casi no tienen interés en las que cuentan con protagonistas o temas de negros u otras minorías.

Algunos críticos temen que se rebaje el tono del discurso social americano. «Ahora que los estudios producen material para el mercado global, el material está haciéndose más soso», dice Todd Gitlin, profesor de Sociología en la Universidad de Nueva York.

La sensación de que las películas étnicas no funcionan fuera de Estados Unidos es lo que marca la política seguida en Hollywood, como lo confirman numerosos ejecutivos. (…) Esta actitud sulfura a las minorías. «El mercado extranjero es a menudo una excusa para no contratar a negros», dice el director Reginald Hudlin. (…) «Una de las trampas es decir que los actores negros sólo atraen a las audiencias negras. Pero el éxito que tienen en todo el mundo actores como Eddie Murphy o Sam Jackson demuestra que eso no es cierto». (…)

Pero la creciente influencia del mercado exterior no tiene por qué dar lugar a un reducción de la diversidad o de la creatividad. En muchos casos, los inversores extranjeros pueden ser una fuente alternativa de financiación para películas que los estudios de Hollywood rechazan.

Buena parte de las películas del llamado cine independiente han sido financiadas total o parcialmente por inversores europeos o de otras partes del extranjero: es el caso de Shine, El paciente inglés o de las películas que Woody Allen ha hecho durante más de una década. (…) También hay pruebas de que los gustos de la audiencia mundial están evolucionando, y que -al igual que en el público americano- hay más gente dispuesta a ver películas más complejas. «Esto contradice el cínico punto de vista que asegura que ellos sólo quieren ver películas de acción», dice John Calley de Sony Pictures. «Yo pienso que los aficionados al cine extranjeros quieren ver algo bueno, igual que nosotros».

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