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Una actualización del juramento hipocrático

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El juramento de Hipócrates ha sido desde hace 2.300 años el claro punto de referencia deontológico para todos los médicos. En este siglo, la legalización del aborto y la tendencia a cohonestar la eutanasia -ambas cosas prohibidas en el juramento- han hecho que sea puesto en cuestión. Ha caído en desuso en muchas facultades de Medicina, y se han propuesto nuevas versiones que hacen un hueco al aborto y a la eutanasia.

Por eso, en 1995 el Value of Life Committee (Estados Unidos) pidió a un grupo de médicos y especialistas en ética que presentaran ideas para actualizar el juramento. Con las sugerencias recibidas de esos expertos se redactó un texto en lenguaje moderno y enriquecido con aportaciones de la deontología médica reciente. Se han distribuido más de cinco mil ejemplares a especialistas en ética médica, médicos en ejercicio y estudiantes de Medicina. Esta es la nueva versión (1):

En la presencia del Todopoderoso y ante mi familia, mis maestros y mis colegas, juro cumplir, en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con mi conciencia, este juramento y compromiso:

Tendré a todos los que me han enseñado este arte en igual estima que a mis padres, y con el mismo espíritu y entrega impartiré a otros el conocimiento del arte médico. Seré diligente en mantenerme al corriente de los progresos de la Medicina. Atenderé a todos, sin excepción, los que soliciten mis servicios, siempre que no lo impidan mis deberes con otros pacientes, y pediré consejo a colegas expertos cuando así lo requiera el bien de mis pacientes.

Seguiré el método terapéutico que, según mi capacidad y recto entender, considere mejor para el bien de mi paciente, y me abstendré de toda acción nociva o maliciosa. No prescribiré ni administraré a nadie, aunque me lo pida, ninguna dosis letal de un fármaco, ni aconsejaré tal cosa; y tampoco haré nada, por acción u omisión, con intención directa y deliberada de poner fin a una vida humana. Tendré el máximo respeto a toda vida humana desde la fecundación a la muerte natural, y no admitiré el aborto intencionado que destruye una vida humana irrepetible.

En pureza, santidad y beneficiencia guardaré mi vida y practicaré mi arte. A no ser para evitar con prudencia un peligro inminente, no trataré a ningún paciente ni realizaré investigación alguna en un ser humano sin el consentimiento válido e informado del sujeto o de su competente tutor legal, bien entendido que la investigación debe tener por finalidad favorecer la salud del interesado. A cualquier lugar en que entrara para atender a un paciente, iré por el bien del enfermo y me abstendré de todo agravio intencionado o currupción, y jamás seduciré a un paciente.

Todo lo que, con ocasión de mi práctica profesional o sin relación con ella, pueda ver u oír de la vida de mis pacientes y no deba trascender, no lo divulgaré, consciente de que deberé guardar secreto de todo ello.

Mientras guarde inviolado este juramento, se me conceda vivir y practicar el arte y la ciencia de la Medicina con la bendición del Todopoderoso y el respeto de mis colegas y de la sociedad. Pero si quebrantare y violare este juramento, que caiga sobre mí lo contrario.

_________________________(1) El original inglés apareció en la revista First Things (enero 1996), precedido de una introducción a cargo de tres de los promotores de la iniciativa.

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