Un 15,6%, tasa de éxito de la FIVET en Italia

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Importantes cuestiones bioéticas están pasando al primer plano de la actual campaña electoral francesa. El impulso “liberal”, como viene sucediendo en los últimos tiempos, procede del candidato socialista, François Hollande. Los argumentos ideológicos no suelen tener en cuenta los datos científicos, como sucede en el caso de la procreación asistida. Por eso, tienen interés las informaciones que publican algunos países, como Italia. Giorgio Maria Carbone hace un balance en La Bussola Quotidiana con motivo del octavo aniversario de la llamada “ley 40” sobre procreación médicamente asistida de 2004.

Las dos técnicas más utilizadas en Italia son la FIVET: fecundación in vitro con transferencia del embrión; y la ICSI, que es la inyección del espermatozoide en el citoplasma del ovocito. El último Informe del Ministerio de Sanidad se publicó el 28 de junio de 2011, con los datos del año 2009:

  • 43.511 parejas comenzaron un ciclo de FIVET o ICSI
  • se utilizaron 285.042 ovocitos, un promedio de 6,6 por extracción
  • se fecundaron in vitro 121.866 embriones
  • 91.921embriones fueron transferidos de la probeta al útero materno
  • 7.337 embriones pasaron al congelador
  • los embarazos iniciados efectivamente fueron 10.545
  • los partos fueron 6.777
  • los nacidos vivos: 8.452 (los nacidos son más que los partos por los partos múltiples)

Esto significa que sólo el 15,6% de las parejas que comenzaron el proceso han conseguido un hijo. La gran mayoría ha sufrido una frustrante y costosa decepción.

Y significa también –aunque sea imperceptible– que el 93,1% de los seres humanos producidos en el proceso se pierde en los avatares del camino, porque sólo 6,9% de los embriones llegan a ver la luz en un parto.

Los datos son más negativos que los publicados en 2006 por la European Society of Human Reproduction and Embryology (cfr. Aceprensa 15-11-2010): menos de la tercera parte de las mujeres que se sometían a tratamientos de reproducción asistida lograban tener un hijo.

Investigar las causas de la esterilidad
Giorgio Maria Carbone señala también que el habitual recurso a este tipo de técnicas lleva de hecho a una menor atención pública y privada a la investigación delas causas de la esterilidad, aunque diversos estudios mencionan su crecimiento en la sociedad occidental. Al parecer, una de cada siete parejas italianas es estéril.

En esa línea, la propia “ley 40”, en su artículo 2º, establecía que el Ministerio de Sanidad promoviera investigaciones sobre las causas patológicas, psicológicas y ambientales de los fenómenos de la esterilidad y la infertilidad. También disponía que se favorecieran las acciones necesarias para reducirla y se impulsaran estudios sobre las técnicas de crioconservación de gametos. Además, instaba a promover campañas de información y de prevención de la esterilidad y la infertilidad.

En realidad, no se han financiado investigaciones sobre la infertilidad. Más bien se han invertido recursos para desarrollar variantes de las técnicas de reproducción asistida. Por lo demás, cuando se diagnostica la infertilidad, suele dirigirse a las parejas hacia esas clínicas, sin proporcionarles una información adecuada.

Ante los datos poco halagüeños que describe, el autor del artículo se pregunta no sin cierta sorna: “¿Qué empresario financiaría un proceso de producción sabiendo que al final sólo 156 clientes de 1000 estarán satisfechos, y sólo 69 productos de 1000 llegarán a su destino? La lógica del empresario prudente excluye embarcarse en una empresa abocada a la quiebra”.

Por lo demás, remite a los principios éticos recogidos en la Instrucción vaticana Dignitas personae, de 2008.

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