No todo es ChatGPT: innovaciones tecnológicas que vienen

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Innovaciones tecnológicas que vienen

Si de algo se está escribiendo y hablando en el mundo tecnológico durante los últimos meses es del generador de texto automático ChatGPT, especialmente por el impacto que puede tener en numerosos ámbitos como el laboral o de la enseñanza. Sin embargo, no es la única innovación tecnológica que está en ebullición: la carrera por la movilidad eléctrica y sostenible, o el despegue del metaverso y su aplicación a la vida cotidiana de los usuarios son otros temas relevantes.

Pese a que ha explotado en los últimos meses, todavía está por ver el impacto final que tendrá la inteligencia artificial en medios de comunicación, instituciones educativas y empresas. Si hay algo que sí vamos a comprobar en muy pocos meses es que esta tecnología cambiará la forma de relacionarnos con Internet. En la presentación que realizó Microsoft el pasado enero de la actualización de su motor de búsqueda Bing, ya se pudo observar cómo será el buscador de información en Internet del futuro.

Respuestas concretas a preguntas complejas

Mientras que ahora las búsquedas realizadas en Internet tienen como resultado entradas de webs que contengan la información que buscamos, la inteligencia artificial nos da respuestas concretas y acotadas a preguntas mucho más complejas, seguidas por estas mismas entradas, pero en un segundo plano. Por ejemplo, podemos preguntar cuáles son los mejores destinos para ir de vacaciones en abril desde nuestra ciudad y nos sugerirá directamente una respuesta personalizada con tres o cuatro ciudades en función de parámetros como la temporada turística, las actividades que más nos guste realizar, el clima o los precios de los vuelos.

Esto puede suponer, como ya han advertido varios analistas, un revés al actual modelo de negocio de buscadores como Google, que obtienen beneficios fundamentalmente de la publicidad pagada por el posicionamiento de las entradas y las palabras clave. De ahora en adelante esto se pierde, ya que, en principio, las entradas de las webs tendrán menos tráfico al darnos el buscador la respuesta ya resuelta.

Pese a las expectativas de Mark Zuckerberg, el metaverso parece que no termina de despegar

Microsoft ya ha anunciado que junto a estas respuestas completas de la inteligencia artificial ofrecerá también resultados pagados por anunciantes, de manera que no se pierda la principal fuente de beneficios. El liderazgo de Google en este ámbito (ya que acapara el 85% de las búsquedas en internet a nivel mundial) sí que parece estar en peligro por esta reducción del peso de los anunciantes. Solo unos días después de que Microsoft presentara su nuevo buscador, Google introdujo su propia propuesta llamada Bard, que no convenció a los expertos por no estar tan bien desarrollada ni ofrecer resultados tan acertados como los de Bing.

Otras grandes empresas que se espera que implementen la inteligencia artificial en sus productos para el gran consumo son Amazon, con su altavoz inteligente Alexa, y Spotify, con un recomendador de música personalizado.

El mundo virtual y el real se fusionan

El tema tecnológico de conversación de 2022 fue el metaverso. Tras la presentación de la propuesta de realidad virtual de Facebook (ahora llamada Meta, precisamente por su apuesta por el metaverso), muchas empresas se sumaron a esta tendencia para no quedarse atrás en la competición por los mundos virtuales que prometen revolucionar ámbitos como la educación, el trabajo o la comunicación. Marcas como Louis Vuitton, Iberdrola, Telefónica o Nike ya han celebrado reuniones en espacios virtuales donde los usuarios pueden interactuar con ellas.

Sin embargo, pese a las expectativas de Mark Zuckerberg, el metaverso parece que no termina de despegar, y es más una promesa vaga que una realidad que vaya a tener un impacto relevante a corto plazo en la vida de la gente. Algunos problemas que pueden explicarlo son los altos costes de los cascos que se usan para entrar en el ecosistema o la falta de aplicaciones de terceros que ofrezcan opciones más allá de las nativas de Meta. De momento, los inversores no compran la apuesta de Zuckerberg y se muestran cautos.

El consenso de los expertos prevé que Apple agitará este panorama con la presentación en junio de su propia propuesta para el metaverso, con un casco que podrá ofrecer experiencias tanto de realidad virtual como de realidad aumentada. Según analistas de Bloomberg, contará con varias pantallas de alta resolución, hasta una docena de cámaras y sensores que detecten el movimiento de las manos y de los ojos. Esos mismos expertos, dicen que las videollamadas serán mucho más realistas que las de Meta (que se basa en avatares poco desarrollados visualmente): prácticamente como si uno estuviese en la misma habitación que la otra persona.

La apuesta fuerte de Apple será la realidad aumentada, es decir, no crear un espacio virtual al que se accede, sino mostrar la realidad que tenemos alrededor a través de las cámaras del casco, pero con información adicional que se podrá manejar con las manos y con el movimiento de los ojos. También se ha hablado de la posibilidad de conectarlo a un ordenador Mac y que el usuario pueda tener una experiencia inmersiva dentro de la propia pantalla, para trabajar, por ejemplo. Hace pocos meses, Tim Cook, CEO de Apple, afirmó que la realidad aumentada supondrá un profundo cambio en el mundo de la tecnología y que en no muchos años nos preguntaremos cómo habíamos podido vivir sin ella.

Uno de los puntos fuertes y diferenciadores con los que juega Apple es el amplio ecosistema de dispositivos que ha introducido en la vida diaria de la gente. El mes pasado se hacía público que la compañía californiana tiene 2.000 millones de dispositivos activos en todo el mundo. Además, también desde Bloomberg afirman que su apuesta podría ser mucho más exitosa que la de Meta porque cuenta con una red de miles de desarrolladores que crean aplicaciones para los dispositivos de Apple, y por lo tanto, pueden detectar las necesidades de los usuarios e innovar en aspectos en que la propia compañía no lo hace. Con la realidad aumentada y virtual ocurriría lo mismo: Apple crea el hardware que permite nuevas posibilidades, y desarrolladores de todo el mundo se encargarán de exprimir todo el potencial de los dispositivos con nuevas aplicaciones. Meta, por su parte, no cuenta con esta ventaja, ya que no vende prácticamente dispositivos ni tiene una tienda de aplicaciones como el App Store, limitándose a las propias aplicaciones nativas. Google, por su parte, sí tiene un catálogo de millones de aplicaciones hechas por desarrolladores particulares, aunque no se ha introducido todavía en el mercado de las gafas o cascos que sostenga esta propuesta en la práctica.

En el sector del automóvil se cree que el futuro a medio plazo no es 100% eléctrico y habría que buscar alternativas 

Esto podría hacer que la balanza del metaverso y de la realidad aumentada se incline hacia Apple a partir de 2023, aunque la propia compañía lo ve más como un proyecto a largo plazo. Han estimado vender solo un millón de unidades de este casco durante el primer año de comercialización (para comparar, vendió 73 millones de iPhones solamente en el último trimestre de 2022), ya que costaría 3.000 dólares y estaría orientado a desarrolladores de software. No obstante, ya están preparando una versión para el gran público que saldría el próximo año con un precio de 1.500 dólares.

Hacia una movilidad eléctrica

En 2022 la demanda de coches eléctricos creció un 31% en España, y un 68% a nivel global con una venta total de 7,8 millones de vehículos, que representan aproximadamente el 10% del total de coches vendidos. Recientemente, la Unión Europea, en su empeño por reducir las emisiones de CO2, ha prohibido la venta de coches diésel y gasolina a partir de 2035, lo que aboca claramente a un futuro eléctrico a largo plazo. Mientras tanto, las compañías que fabrican estos coches no paran de crecer. El principal caso es Tesla, que aumentó los beneficios un 150% y vendió casi un millón y medio de vehículos en 2022, un 50% más que en 2021.

Ahora bien, si la promoción de vehículos eléctricos es para reducir emisiones de gases, aunque estos coches no tengan tubo de escape, no por eso son tan verdes como se pretende venderlos. Primero, hay que ver cómo se ha producido la electricidad necesaria para cargarlos y fabricarlos. En segundo lugar, las baterías que llevan contienen litio, un material que es escaso, caro y muy difícil de reciclar. Por otro lado, es preciso electrificar y llenar de puntos de carga todas las carreteras y las ciudades antes de promover el uso de estos coches, cosa que ningún país ha conseguido todavía. El propio presidente de Toyota, la segunda marca en venta de coches eléctricos por detrás de Tesla, afirmó hace solo dos meses que en la industria del automóvil existía una mayoría silenciosa de personas que pensaban que el futuro a medio plazo no es 100% eléctrico y que habría que buscar alternativas.

En ocasiones, estos coches han venido acompañados de software que permite su conducción autónoma, principalmente en el caso de Tesla, la compañía que más avanzada tiene esta tecnología. En EE.UU. ya son casi un millón de vehículos de la marca los que la incorporan, ya que allí está regulado su uso. En Europa se está estudiando la implementación todavía, y solo se permite un cierto grado de conducción automática en autopistas y en situaciones concretas, como el aparcamiento. Son numerosas las polémicas que ha provocado la autoconducción, en concreto con Tesla y por las dudas que suscita la seguridad de su sistema. Esto pone en peligro su desarrollo e implementación, y hace pensar que la conducción manual estará entre nosotros más que lo que las empresas de automóviles habían previsto. Sin embargo, la propia Apple lleva más de diez años trabajando en un modelo de coche completamente eléctrico y con piloto automático. Las últimas noticias apuntan a que no verá la luz antes de 2026.

Posibilidades reales de aplicación

Todas estas tecnologías presentan distintos grados de desarrollo en el momento actual: la inteligencia artificial ya es una realidad y algunos expertos afirman que para finales de año estará en nuestro día a día y en la manera en la que nos relacionamos con Internet. El metaverso parece querer buscar su hueco también en las aulas, los trabajos y los hogares, y pese a que hasta ahora su despliegue ha sido muy tímido, las empresas están invirtiendo cifras millonarias en su desarrollo. La entrada de Apple en la competición puede suponer un impulso importante, aunque tardaremos todavía años en ver los avances. Por último, la innovación que más dudas presenta es el vehículo eléctrico, que pese a los incentivos fiscales de empresas y gobiernos y su voluntad de imponerlo, tiene un futuro muy incierto a medio plazo por los problemas de las baterías, la autonomía y la dificultad de cargarlo.

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