Cartel del Congreso Smart City Expo World 2022 (Barcelona), con el lema “Ciudades inspiradas en personas”
Todos hemos experimentado la congestión diaria del tráfico en las calles con sus atascos e imprevistos; la ardua tarea que supone la recogida de basuras y vertidos ilegales; la inseguridad cibernética que acecha a los jóvenes; la boina gris que emerge de la contaminación ambiental; o la carrera de obstáculos en que se convierte la ciudad para las personas mayores o discapacitadas. Pues bien, algunas urbes han puesto en marcha servicios públicos digitales que acortan la distancia para resolver esos problemas.
En un momento en que parece necesario pinchar el globo de la inteligencia artificial, inflado por sus grandes expectativas, como si los algoritmos pudieran resolver todos los problemas del mundo mundial, hay que reconocer que pese a los interrogantes que plantean en el campo jurídico o las incertidumbres que siembran sobre el empleo en el futuro, algunas tecnologías digitales (aplicadas en las grandes ciudades, donde se concentran más datos) están facilitando el día a día a los ciudadanos.
Así se ha puesto de manifiesto en el último Congreso Smart City Expo World 2022, celebrado recientemente en Barcelona, cuyo jurado de honor ha elegido este año a la capital surcoreana como “Ciudad Inteligente 2022” por su plataforma de servicios públicos Smart Seoul, la cual garantiza la inclusión digital en los aspectos básicos: comunicación, movilidad, educación, seguridad y utilización de la tecnología. El galardón viene cuando los habitantes de Seúl todavía se están recuperando de la trágica avalancha humana acontecida en el popular distrito de Itaewon el pasado mes de noviembre.
Además de Seúl, el jurado ha premiado a otras ciudades, algunas de las cuales han desarrollado sistemas digitales innovadores y eficaces, que han beneficiado a la población y han sido replicados en distintos países del mundo.
Wiesbaden: digitalización del tráfico
La ciudad alemana de Wiesbaden (Hesse) ha despuntado en la categoría de movilidad por su sistema de gestión digital del tráfico DIGI-V, desarrollado en 2021 por las empresas Yunex Traffic y Aimsun. La digitalización del tráfico se realiza mediante cámaras, sensores y detectores inteligentes instalados en los semáforos, los cuales recogen no solo la densidad del tráfico (distinguiendo entre automóviles, bicicletas y peatones), sino los datos meteorológicos y las emisiones de gases y partículas contaminantes.
Los datos obtenidos se analizan y se procesan en tiempo real, y el sistema regula el tráfico haciéndolo más fluido, con menos emisiones y menos atascos. Incluso es capaz de elegir la mejor estrategia, en caso de eventos temporales, desviando el tráfico e informando a los conductores sobre la velocidad óptima, por medio de mensajes dinámicos en los paneles de señalización. El resultado, además de la fluidez del tráfico, es la mejora de la calidad del aire y, por tanto, de la calidad de vida.
Dublín: drones para identificar vertidos ilegales
Los drones están en alza, pese a lo mucho que queda por recorrer en la gestión del «espacio aéreo bajo», la privacidad y la seguridad. Sin embargo, ya se utilizan para muchos servicios públicos. En Dublín ya llevan tiempo desarrollando la utilización de esa tecnología. Incluso, un alto porcentaje de dublineses se muestra favorable a su uso para el reparto de correo (67%) o la comida preparada (55%). Pero a Dublín le llega el galardón por ser la ciudad líder en el uso único e innovador de drones para supervisar las instalaciones de residuos e identificar los vertidos ilegales.
Los vertidos ilegales son un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades locales. Solo en la región de Dublín su recogida cuesta al año 1,5 millones de euros. Pero además, una gestión deficiente en el control de este tema supone un impacto negativo sobre la población urbana y el medio ambiente. Gracias a los drones, que operan a un radio máximo de 300 metros del piloto, el ayuntamiento puede vigilar actividades sospechosas y responder a las denuncias públicas de esos vertidos en lugares inaccesibles. Las imágenes que captan los drones, junto a las que proporcionan las cámaras fijas, resultan muy eficaces para que se cumplan las leyes.
Ámsterdam: juego de ciberseguridad juvenil
¿Cómo prevenir a los más jóvenes de los riesgos y peligros asociados al uso de Internet? Los niños entre 8 y 12 años apenas son conscientes de ellos y, cada vez, resultan más frecuentes los casos de ciberacoso. También es fácil que acaben siendo víctimas de chantaje o amenazas, cuando no de informaciones falsas o inapropiadas. Ámsterdam ha sido premiada en la categoría de Seguridad por poner en marcha un juego de ciberseguridad juvenil (HackShield), con el que los jóvenes aprenden a crear un entorno en línea seguro. A través del juego, en casa y en el colegio, se hace más atractiva la alfabetización digital y aprenden a encontrar las fuentes correctas de información, y a verificarlas.
Después de crear una cuenta con el permiso de sus padres, HackShield les enseña a conocer cómo está estructurado Internet; a crear contraseñas seguras y a descubrir enlaces falsos. El aprendizaje se comparte en familia (con padres y abuelos) y, también, en las aulas donde los profesores pueden enseñar a prevenir y lidiar el ciberacoso. HackShield busca también jóvenes agentes cibernéticos que se desenvuelvan bien en Internet, que puedan protegerse a sí mismos y ayuden en casa y en el municipio luchando contra los ciberdelincuentes: piratas informáticos maliciosos o ladrones de datos bancarios.
Kampala: programa para reducir los accidentes y la contaminación
Uganda y toda África Oriental y Subsahariana se están concienciando de la importancia de mejorar la seguridad vial y la salud ambiental. Tanto es así que Kampala, una de las ciudades más contaminadas del mundo, ha sido premiada en la categoría de innovación por el programa Autosafety-UG, desarrollado por Wanyama Autosafety Initiatives (WAI), una organización sin ánimo de lucro que trabaja en colaboración con el gobierno.
El programa se inició con un análisis sobre cómo repercuten en la seguridad y en la salud ambiental las diferentes actividades domésticas, industriales y de movilidad. Después se han mejorado las normativas sobre el tránsito, con medidas para reducir los accidentes y la contaminación. Hoy por hoy, el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol, el uso inadecuado de cascos y cinturones son los principales factores de riesgo. Al mismo tiempo el programa engloba el diseño de alternativas de energía renovable y transporte limpio.
Atlanta: aceras inclusivas
¿No deberían ser accesibles nuestras ciudades para los mayores y las personas con discapacidad? En la estación ferroviaria de Southern Cross, en Melbourne (Australia), ya se está ensayando –en el interior de la terminal, donde el GPS no es fiable– un sistema de navegación por balizas, las cuales emiten señales de audio a los smartphones de las personas con discapacidad visual, que van recibiendo instrucciones en tiempo real. Estas señalan el camino más adecuado o advierten de obstáculos accidentales, como una escalera mecánica fuera de servicio, etc.
Pero ha sido Atlanta la ciudad premiada en la categoría de inclusión por su ambicioso proyecto AI for Inclusive Urban Sidewalks, en el que colaboran G3ict (The Global initiative for inclusive ICTs) y el TCAT (Centro Taskar para Tecnología Accesible). El objetivo es lograr eliminar todas las barreras a la movilidad peatonal y al acceso al transporte, dotando además a las aceras de sensores, chips, interfaces o robots para conseguir la accesibilidad digital. La iniciativa es ambiciosa no solo por el estado en que se encuentran las aceras (en algunas zonas no existen), sino por los obstáculos existentes en ellas. El proyecto es participativo e implica tanto al Gobierno en la toma de decisiones, como a cada barrio de la ciudad.
Si bien los beneficios de estas prestaciones públicas son evidentes, la clave reside en lo que señala Antonio Conde, director de Innovación y Transformación Digital de Cisco: “La transformación digital no tiene sentido si el eje central de las iniciativas no es mejorar la vida de los ciudadanos y si estos no lo perciben”. En este sentido la reflexión es muy clara: mientras el ciudadano no acabe convertido en un ser transparente, o en una especie de náufrago solitario al que ningún semejante ayude cuando no domine la tecnología o fallen los dispositivos digitales, porque a veces fallan, es decir, mientras exista un cauce humano para la resolución de los problemas ciudadanos, vamos bien.