Los laboratorios Hoechst ceden la producción de la píldora abortiva RU 486

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Los laboratorios Hoechst ceden la producción de la píldora abortiva RU 486
El nuevo propietario quiere separar la píldora de la polémica sobre el aborto

La agitada historia de la píldora abortiva RU 486 ha entrado en una nueva etapa. El pasado 8 de abril la compañía farmacéutica francesa Roussel-Uclaf, filial del grupo alemán Hoechst, anunciaba que iba a cesar de producir la píldora y que cedía gratuitamente sus derechos sobre el producto al doctor Edouard Sakiz, que fue uno de los descubridores. Desde hace tiempo Hoechst deseaba desentenderse de la RU 486, que ha provocado múltiples controversias y amenazas de boicot sobre todo en Estados Unidos. La nueva estrategia declarada de Sakiz consistirá en tratar de separar la RU 486 de la polémica sobre el aborto.

La RU 486 (cuyo nombre científico es mifepristona) se lanzó al mercado en Francia en 1988 con un única indicación: inductora del aborto precoz, con lo que sería una alternativa al aborto quirúrgico. Cuando se usa en combinación con una prostaglandina, se logra el aborto completo en la mayoría de los casos. Pero tiene efectos colaterales de diferente importancia: dolor, que exige analgesia, durante la expulsión del feto; náuseas y vómitos; hemorragia importante en el 10% de las mujeres tratadas; entre el 5 y el 20% de los casos se produce retención del feto, y es necesaria la evacuación quirúrgica. La gestación ha de ser de menos de siete semanas. Por todas estas complicaciones, se excluye su libre comercialización, pues debe ser administrada bajo control médico, lo que exige tres visitas a una clínica (cfr. informe sobre la RU 486 en el servicio 90/91).

Hasta ahora ha sido utilizada sólo en Francia, China, Gran Bretaña y Suecia. Las grandes firmas farmacéuticas internacionales no quieren comercializar el producto. También se le ofreció a la Organización Mundial de la Salud, que declinó la oferta. En Estados Unidos, ante el temor de boicot a sus productos, Roussel-Uclaf cedió en 1993 sus derechos de explotación sobre la píldora al Population Council, fundación dedicada a la promoción de métodos anticonceptivos. El año pasado el consejo consultivo de la Food and Drug Administration (FDA), organismo que debe aprobar las medicinas, decidió que las ventajas de la píldora eran mayores que sus inconvenientes, aunque antes de autorizarla pidió más información sobre su manufactura y distribución. Si, como se espera, la FDA da su autorización definitiva este año, una sociedad constituida por el Population Council se encargará de su comercialización. La Administración Clinton es favorable a la RU 486.

El doctor Edouard Sakiz ha explicado en declaraciones a Le Monde (9-IV-97) su nueva estrategia para difundir la RU 486. Para producir la píldora, va a montar una sociedad sin ánimo de lucro, porque dice que «es un medicamento distinto de los otros, un medicamento con el que no se debe hacer dinero». También quiere separarlo de la polémica sobre el aborto: «Desde hace años, la RU 486 ha permitido a los adversarios de la interrupción voluntaria del embarazo relanzar el debate, cuando sólo se trata de una alternativa farmacológica a la técnica de la ‘aspiración’. Esto ha hecho que no hayamos podido desarrollar las otras utilizaciones potenciales de este producto, en el campo de la obstetricia o de la contracepción especialmente. Voy a dedicarme sobre todo a esto».

Para vencer el rechazo que suscita la píldora abortiva, sus defensores han procurado encontrar otras aplicaciones que la rediman de su mala fama como abortifaciente y la permitan tener un lugar digno entre los medicamentos. Administrada de acuerdo con ciertas pautas, puede actuar como anticonceptivo. También tiene un efecto anti-glucocorticoide, por lo cual podría ser útil en el tratamiento de algunas enfermedades. Pero estos efectos terapéuticos no están confirmados, y la RU 486 se utiliza sólo como píldora abortiva.

En Francia, algunas organizaciones defensoras del derecho al aborto, como Planning Familial, han denunciado que Hoechst se haya desentendido de la RU 486. «Es una victoria de los pro-vida», han dicho.

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