La maternidad subrogada intenta adquirir respetabilidad presentándose como una ayuda desinteresada para parejas que no pueden tener hijos de otro modo, por problemas médicos o por ser parejas del mismo sexo. Pero varios casos de este verano, como la historia de la pareja australiana que, tras recurrir a una madre de alquiler en Tailandia, volvió a casa con una hija sana y abandonó al otro por sufrir síndrome de Down, han puesto de manifiesto el lado oscuro de estas prácticas.
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