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La RU-486 no triunfa en Estados Unidos

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Estados Unidos autorizó la comercialización de la píldora abortiva RU-486 el pasado septiembre. Los promotores esperaban una explosión de «abortos médicos», pero se ha comprobado que las mujeres huyen de las conocidas complicaciones y molestias del procedimiento. Médicos, promotores y expertos explican las razones del modesto éxito de la píldora en un artículo publicado en Los Angeles Times (31 mayo 2001).

El ginecólogo George Kung, presidente de la sociedad ginecológica de San Diego, piensa que la RU-486 (mifepristona) es todo «un acontecimiento en términos políticos, pero en la práctica tiene poco valor». De hecho, él practica abortos en San Diego sin utilizar la píldora.

Según Nancy Sasaki, directora de Planned Parenthood en Los Ángeles, menos del 1% de mujeres optó por la mifepristona entre enero y febrero de este año. Las causas: algunas mujeres llevaban más de siete semanas embarazadas (límite para usar la píldora); otras no querían prolongar el suplicio; otras son adolescentes que no querían ser descubiertas, etc.

Los promotores de la píldora tenían grandes expectativas en torno al procedimiento. Sobre todo esperaban sacar el aborto de las clínicas y hacerlo menos visible. Eleanor Smeal, de Feminist Majority, llegó a vaticinar que «el número de médicos que practicaban abortos se doblaría en poco tiempo». Pero «la revolución social que se había predicho todavía no ha llegado», dice Ronald Fitzsimmons, director de la National Coalition of Abortion Providers: «todo va muy lento».

Unos dicen que es pronto y que no es realista esperar que los médicos -que suelen ser cautelosos con los nuevos tratamientos- utilicen la píldora de inmediato. Pero hay más razones.

El aborto con mifepristona es entre 75 y 100 dólares más caro que el quirúrgico -que suele costar entre 325 y 350 dólares-, de manera que este sistema suele quedar en segundo lugar, sobre todo en los Estados donde Medicaid no subvenciona el aborto (solo 16 Estados lo hacen). Según Richard G. Roberts, presidente de la American Academy of Family Physicians, se espera que cada médico de familia tenga que atender uno o dos casos al año. Esto supone arriesgarse a que las píldoras -bastante costosas- caduquen antes de usarse. Así es que es muy posible que acaben enviando a las mujeres a las clínicas abortivas, dice Roberts. A esto hay que añadir las complejidades médicas ya conocidas (ver servicio 132/00) y otras que no se habían tenido en cuenta hasta ahora: las molestias que sufren los médicos, que han de estar alerta cada vez que alguien comienza el proceso o disponibles para contestar a las dudas de las usuarias. El Dr. Kung dice que «si una usuaria no cumple con la segunda visita o sufre hemorragias en mitad de la noche, yo no quiero saber nada. No quiero estar de guardia veinticuatro horas al día, siete días a la semana».

También hay razones legales. Algunos Estados exigen que las mujeres esperen un periodo de 24 horas; si se trata de una menor, es obligatorio el consentimiento de los padres; en otros casos, los médicos pueden necesitar hacer un examen del tejido fetal, etc. Según la socióloga Carole Joffe, muchos médicos se han rendido ante las exigencias burocráticas aprobadas en cada Estado para esta práctica abortiva.

Smeal sigue confiando en que la píldora se extienda. Dice que «un aborto quirúrgico es un procedimiento que dura dos minutos. Los médicos lo hacen de manera rápida y fácil. Es lógico que sean reacios a probar algo nuevo». Pero Diane Maracich, que dirige un programa de planificación familiar en Long Beach, afirma que «no es tan sencillo como decir: ‘toma esta píldora y nos vemos dentro de una semana’. En medio hay muchísima orientación».

La empresa que comercializa el producto, Danco, ha decidido no revelar datos de ventas. Pero, con lo que se sabe hasta ahora, es claro que la RU-486 no ha tenido el éxito esperado. Quizás de ahí el interés por fomentar el uso (ver servicio 159/00). Danco ha promocionado la píldora en los diarios médicos.

De enero a marzo, la Planned Parenthood se ha gastado 50.000 dólares en otra campaña («Ahora está en tus manos elegir»). Y la National Abortion Federation planea otra campaña, de 2 millones de dólares, que espera llegar al 70% de las mujeres de 18 a 49 años. El mensaje esta vez será: «Tienes libertad para elegir. Ahora dispones de otra opción segura para abortar».

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