La ola pro-vida crece, a pesar de Hollywood

Fuente: The Wall Street Journal
publicado
DURACIÓN LECTURA: 2min.

Una encuesta reciente de Gallup sobre la valoración moral de algunas cuestiones sociales, como la pena de muerte, la investigación con células embrionarias o el aborto ha puesto de manifiesto la distancia entre lo que los medios de comunicación muestran y lo que las personas de a pie opinan, al menos en Estados Unidos. Aunque es cierto que los porcentajes de las encuestas varían en función de cómo se plantean las preguntas, los resultados de la última investigación de Gallup revelan que un 50% de los americanos entrevistados considera que el aborto es moralmente incorrecto, frente al 38% que lo califica de aceptable. Y, además, el 48% de los americanos se confiesa pro-vida, frente al 45% que se muestra partidario del pro-choice o derecho a elegir, una sorprendente ventaja de tres puntos que se repite por segundo año.

En un artículo publicado en The Wall Street Journal (1-06-2010) William McGurn, que ha sido jefe editorial del diario y autor de numerosos discursos políticos en la etapa política de Bush, afirma que esta percepción moral contraria al aborto resulta “extraordinaria”, si se tiene en cuenta el mensaje pro-choice que domina las películas, la televisión, la prensa y el ambiente universitario, y destaca que, a pesar de todo ese ambiente, no se han conseguido erradicar las objeciones morales hacia las prácticas abortivas.

En su opinión, a estos porcentajes significativos sobre el sentir común de los americanos se les ha dado todo tipo de explicaciones: desde que los que respondieron así en realidad no querían decir que estuvieran contra el aborto, hasta que, en general, lo que hay es una gran confusión, apoyándose en la falta de correspondencia entre los que opinan que el aborto es inmoral y los que defienden su ilegalización. McGurn, que ironiza sobre la batería de justificaciones buscadas para los porcentajes pro-life, advierte que entre ambas posturas no existe contradicción, ya que el aborto se puede considerar un mal moral y, a la vez, estar despenalizado.

Para McGurn, las conclusiones de Gallup sobre el aborto no pretenden provocar cambios en la política social, pero son muestra de una sensibilidad general a favor de la vida a la que habría que prestar mayor atención y, sin embargo, apenas tiene reflejo en la prensa ni en los guiones de cine y televisión, salvo en algunos medios de comunicación de carácter religioso.

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