La Academia española de Medicina dice no a la clonación «terapéutica»

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La Real Academia de Medicina, de España, se ha pronunciado contra el uso de embriones humanos obtenidos por fecundación in vitro o por clonación para extraer células madre, por considerar esta práctica incompatible con la dignidad del hombre. La declaración es una conferencia pronunciada el pasado 5 de marzo por el miembro de número Félix Pérez y Pérez, catedrático emérito, que la Academia ha decidido adoptar como postura institucional (1).

El académico admite que la clonación «terapéutica» tiene fines laudables curar o aliviar a enfermos, pero «es inadmisible si comporta la destrucción de una vida anterior, que es la del blastocito» (el embrión después de las primeras divisiones, cuando tiene unas cien células). Sin embargo, señala Pérez, los partidarios de obtener células madre a partir de embriones sostienen que el blastocito no es una vida humana, sino una bola de células. La disputa se dirime contestando a esta pregunta: si la primera célula obtenida por clonación o fecundación in vitro se implanta en un útero, ¿será posible el nacimiento de un ser vivo? «La respuesta es positiva, por lo cual no se trata de un conjunto de células, sino sencillamente de una vida nueva que generará un individuo a través del proceso gestacional».

De ahí concluye el académico que la clonación «terapéutica» es contraria a la ética, pues «no se puede crear una vida para destruirla en beneficio en todo caso improbable de salvar a un enfermo». El inciso subraya una limitación de la técnica, que no se suele mencionar cuando se habla de las posibilidades terapéuticas: «las células madre sirven exclusivamente para un tratamiento individualizado», de modo que la aplicación a un caso no es generalizable. Si se extraen de un embrión, se destruye una vida sin garantías de que vayan a prender con total eficacia en el organismo receptor.

Con esta postura «no se trata de poner coto a los avances científicos y al desarrollo de la Biomedicina; pero una cosa es el impulso de la investigación y otra distinta la utilización de técnicas que destruyen la vida y reducen los seres humanos a la condición de mera mercancía». Sin embargo, hay otra vía: «No es imprescindible destruir blastocitos (vidas en desarrollo) para trabajar con células madre, en tanto que se ha demostrado la posibilidad de obtenerlas de tejidos del propio individuo». El texto detalla los distintos progresos alcanzados con estas células.

En cuanto a los aspectos prácticos, Pérez presenta varias propuestas para proteger a los embriones humanos. Además de que no se permita destruir blastocitos, sugiere prohibir la importación de embriones para experimentar con ellos, así como la producción de embriones en exceso para la fecundación in vitro. Se ha de asegurar en lo posible, añade, un destino digno a los embriones congelados, fomentando la adopción por parte de parejas estériles. Pero sostiene también que «el ser humano no es algo, sino alguien (trascendente); la generación del mismo en el laboratorio va en todo caso en contra de nuestra dignidad».

También en España, Profesionales por la Ética ha puesto en marcha una campaña en favor de que las leyes prohíban expresamente la clonación «terapéutica». A la propuesta se ha adherido hasta el momento un centenar de juristas, médicos o especialistas en otros campos.

______________________________(1) Se puede acceder al texto íntegro desde www.diariomedico.com/asesor/bioetica.html.

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