Habrá otro referéndum sobre el aborto en Portugal

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El pasado 19 de octubre, el Parlamento portugués aprobó la convocatoria de un referéndum para despenalizar el aborto en las 10 primeras semanas de embarazo. Aunque todavía falta el visto bueno del presidente de la República, el referéndum podría celebrarse a principios de 2007. Según el Gobierno socialista de José Sócrates, promotor de la consulta, la nueva ampliación pretende poner fin al aborto clandestino.

La consulta fue aprobada con el voto favorable del Partido Socialista, el Partido Social Demócrata (PSD) y el Bloque de Izquierdas. Votaron en contra el Partido Comunista -partidario de hacer una nueva ley- y un diputado del PSD. Se abstuvieron los democristianos del CDS-PP, así como dos parlamentarias socialistas.

Ya en 1998 hubo un referéndum sobre este tema (ver Aceprensa 102/98). Entonces ganó el no por un margen mínimo (50,9%), aunque no fue vinculante porque solo votó el 31% del censo (se requiere al menos un 50%).

En Portugal se permite el aborto en caso de violación, de malformación del feto y de peligro para la madre dentro de las 12 primeras semanas de gestación. Esto es lo que prevé la ley de 1984, que es muy similar a la española. Sin embargo, se aplican de manera diferente. Mientras que en Portugal los abortos por riesgo para la salud psíquica son una pequeña parte (en 2003, 37, el 5% del total), en España constituyen la inmensa mayoría de los que invocan «el riesgo para la salud materna» (96,7% del total).

Para los partidarios de la liberalización, si en Portugal no hay más abortos (o los hay clandestinos), es por culpa de la interpretación restrictiva que los médicos portugueses hacen de la ley. En efecto, a diferencia de lo que ocurre en España, en Portugal muchos médicos se niegan a firmar el supuesto psicológico. Alegan que el embarazo no es causa de ninguna amenaza grave para la salud psíquica de la mujer, como concluyó un informe aprobado por la Orden de los Médicos de Portugal (ver Aceprensa 164/04).

Según el informe, elaborado por una comisión de diez psiquiatras, «no se ha establecido ninguna relación causal, directa e inequívoca, entre el embarazo y alguna lesión grave y duradera para la salud psíquica que permita justificar la interrupción del embarazo según criterios médicos absolutos». Por eso, solo es admisible el aborto por indicación psíquica «en situaciones aisladas que deben someterse a un examen pericial caso por caso».

Tras la polémica que desató en su día el informe, el presidente de la Orden de los Médicos, Germano de Sousa, recordó que no es el embarazo lo que puede causar daños psíquicos, y si estos existen, el aborto puede empeorarlos. Insistió, asimismo, en que los riesgos psíquicos del aborto exigen no recomendarlo mientras no se hayan agotado las otras posibilidades terapéuticas, como la medicación o la psicoterapia. El informe considera que la aplicación de la ley portuguesa a este respecto es correcta, pues obedece a «criterios científicos». En cambio, en España se da «una práctica negligente y abusiva de la ley».

Ante la proximidad del referéndum sobre el aborto, la Conferencia Episcopal Portuguesa ha escrito una nota pastoral, «Razones para escoger la vida», en la que brinda orientación moral a los fieles católicos. El texto propone diversos argumentos para votar «no» a la nueva despenalización. Entre otras cosas, advierte que «la legalización no es el camino adecuado para resolver el drama del aborto clandestino», punto central en que está planteado el debate.

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