Gran Bretaña: recurso contra el aborto de menores sin conocimiento de los padres

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Un recurso presentado ante la High Court británica solicita que se respete el derecho de los padres a intervenir en caso de que una hija menor de edad desee abortar. Sue Axon, madre de cinco hijos, es la ciudadana que ha puesto la demanda contra el reglamento de sanidad vigente, que permite facilitar el aborto a adolescentes sin comunicar nada a los padres.

El objeto del recurso es la guía sobre salud sexual y contracepción promulgada el año pasado por el Ministerio de Sanidad británico. Allí se dispone que médicos o enfermeras pueden proporcionar consejos y tratamientos a menores de 16 años «sin el consentimiento o conocimiento de los padres, siempre que el menor comprenda las implicaciones del tratamiento y actúen para el mayor bien del menor». También se permite que los profesionales sanitarios aconsejen al paciente menor de edad que hable del asunto con sus padres o tutores; pero si el menor no quiere hacerlo, tienen que respetar su decisión.

Este principio de confidencialidad se aplica a los anticonceptivos y al aborto en las enfermerías de las escuelas y en los centros de planificación familiar donde atienden a menores. Así sucedió en un caso sonado, que se conoció el pasado mes de mayo y causó indignación en muchas familias: una chica de 14 años quedó embarazada y su escuela se encargó de facilitarle la píldora abortiva sin decir nada a los padres. Todo se supo cuando, más tarde, la chica se arrepintió de haber abortado y lo contó a sus padres.

En abril hubo también no poco revuelo cuando se divulgaron datos sobre dispensación de anticonceptivos en los colegios. Resulta que en Gran Bretaña, al menos una escuela en cada distrito escolar ofrece la píldora abortiva y anticonceptivos a alumnos desde los 11 años de edad («Daily Telegraph», 24-04-2005).

Frente a esta política oficial, Sue Axon «no puede entender -ha declarado su abogado- cómo podría ser para el mayor bien de sus hijas que puedan abortar sin consultarle, de modo que ella ni siquiera pudiera ayudarlas a superar el trauma del aborto» («Daily Telegraph», 9-11-2005). Axon, de 51 años, se basa en su experiencia personal: hace veinte años abortó, lo que le provocó una depresión duradera y de lo que todavía se lamenta.

El asunto también se ha puesto de actualidad en Estados Unidos, donde 35 Estados exigen, para que aborte una menor, que se informe (14 Estados) o se pida permiso (21 Estados) a los padres. En California, donde no se requiere ni lo uno ni lo otro, el pasado 8 de noviembre se rechazó en referéndum una propuesta para implantar la notificación previa a los padres.

Por el contrario, en España, hace poco un juez suspendió el Código de Deontología Médica de Cataluña por autorizar tratamientos a menores (aborto y esterilización incluidos) sin necesidad de consentimiento y conocimiento de los padres (ver Aceprensa 112/05).


Recurso rechazadoLa High Court decidió el 23 de enero de 2006 contra el recurso de Sue Axon. El juez aduce que la confidencialidad es el factor más importante para que una persona joven se decida a pedir consejo médico en materia sexual. Tras conocer la sentencia, Caroline Flint, directora del Departamento de Salud Pública en el Ministerio de Sanidad, subrayó que las directrices oficiales, si bien garantizan la confidencialidad, a la vez insisten en que el personal sanitario debe procurar siempre que los adolescentes hablen también con sus padres. (N. de la R.)

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