Fracaso de la píldora del día siguiente en Gran Bretaña

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El Departamento de Salud de Gran Bretaña publicó la semana pasada los datos de abortos en Inglaterra y Gales durante 2006, que vuelven a registrar un incremento, esta vez en un llamativo 3,9% (el año anterior la subida fue del 0,4%). La principal razón del repunte es el fuerte aumento de abortos en adolescentes y mujeres jóvenes, lo que parece ser indicio del fracaso de las políticas preventivas dirigidas a la juventud, que pueden haber convertido el aborto en un método anticonceptivo más.

El número de abortos el año pasado en Inglaterra y Gales fue de 193.737, de modo que el total nacional superará por vez primera los 200.000 al sumar los de Escocia (en Irlanda del Norte no vige la ley del aborto). 19 años es la edad que tiene la mayor tasa: 35 abortos por mil chicas. Hubo un total de 40.244 abortos en adolescentes de 15 a 19 años, y 3.990 fueron realizados a menores de 16 años, que en la ley británica es la edad mínima de consentimiento para tener relaciones sexuales.

El 32% de las mujeres que se sometieron a un aborto en 2006 ya lo habían hecho antes, porcentaje semejante al del año anterior.

Esos datos, según el Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido, reflejan “un fracaso al tratar el problema de los embarazos no planeados, particularmente en mujeres jóvenes”, así como “un grave problema de salud pública y un fracaso de la medicina preventiva”.

En rigor, el fracaso en las políticas sanitarias de prevención basadas en la contracepción no es nuevo (ver Aceprensa 108/06). Las últimas estadísticas simplemente confirman que el recurso a la píldora del día después no ha servido para atajar el problema. Precisamente hace unos días, el Independent Advisory Group (IAG) on Sexual Health and HIV, organismo financiado por el gobierno británico, publicó un informe en el que señalaba que los adolescentes del Reino Unido se encuentran en una crisis sexual estimulada por una “cultura de la celebridad” que justifica el uso y abuso de drogas y alcohol, y la promiscuidad, a través de medios de comunicación específicamente dirigidos a ellos.

A pesar de todo ello, Caroline Flint, la ministra de Salud, afirmó que el NHS (Sistema Nacional de Salud) “necesita trabajar más para reducir la demanda de abortos mediante la mejora del acceso a la contracepción”. Destacó como una buena noticia que un mayor porcentaje de abortos tengan lugar en etapas tempranas del embarazo (un 68% antes de la décima semana).

Facilitar el acceso al aborto en esas primeras semanas de embarazo es una de las medidas legislativas que seguramente propondrá en breve un comité de la Cámara de los Comunes formado por políticos de todos los partidos que ha trabajado durante un año en la materia.

Además, parece que se adelantará el límite de tiempo para abortar, actualmente fijado en 24 semanas de embarazo. Los avances en la viabilidad de los fetos fuera del útero materno y las modernas imágenes de ecografía empujan a este recorte.

Por otro lado, la British Medical Association decidirá próximamente si recomienda que se liberalice el aborto dentro de las 13 primeras semanas de embarazo. La propuesta presentada a debate es eliminar el requisito de contar con el parecer favorable de dos médicos.

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