EE.UU.: el Congreso vuelve a prohibir un tipo de aborto tardío

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El Congreso de Estados Unidos ha vuelto a aprobar el proyecto de ley que prohíbe -salvo en caso de peligro de muerte para la madre- el aborto por «dilatación y extracción», que se emplea cuando el embarazo está muy avanzado. Ya lo hizo el año pasado, pero el presidente Clinton vetó la medida (ver servicios 53 y 56/96). Aunque esta vez el proyecto ha obtenido el favor de más parlamentarios, de nuevo no ha llegado, ahora por muy poco, a los dos tercios de los votos, mayoría necesaria para impedir el veto presidencial.

Este tipo de aborto consiste en dilatar el útero y extraer al feto vivo, por los pies. Para sacar la cabeza, se la perfora y a continuación se aspira la masa encefálica; finalmente, se aplasta el cráneo para que salga fácilmente por el canal del parto.

La Asociación Médica Americana (AMA) se ha pronunciado sobre el proyecto de ley y ha mostrado su adhesión. Hasta ahora, la AMA seguía la política de no tomar postura en relación con las leyes de aborto. Según la presidenta del consejo de la AMA, Nancy Dickey, «se trata sólo de prohibir un procedimiento particular de aborto que es ampliamente rechazado por la gente y por los expertos» (International Herald Tribune, 21-V-97). Pero hace tiempo que la Casa Blanca hizo saber que la opinión de AMA no haría cambiar la postura del presidente. De modo que se espera que el presidente vuelva a vetar la medida.

Sobre esta cuestión, hace dos meses fueron muy comentadas unas declaraciones de Ron Fitzsimmons, director de la National Coalition of Abortion Providers, lobby que representa a 200 clínicas abortistas. Fitzsimmons afirmó que el año pasado mintió al sostener que este tipo de aborto era extremadamente raro y no superaba los 450 casos al año. Pero, según sus nuevas declaraciones, publicadas en la revista American Medical News, en realidad hay muchos casos más -unos 5.000 anuales-, y parte de ellos se llevan a cabo en el segundo trimestre del embarazo, y no sólo en el tercero, como se hizo creer a la gente. Aunque Fitzsimmons mantiene su postura abortista, afirma que desea ganar el combate con la verdad.

Esto, al igual que la postura de la AMA, contradice los argumentos de Clinton. Hace una año, el presidente afirmó que «hay mujeres en situaciones muy difíciles por haber tenido hijos con enormes deformidades», y que en estos casos «las mujeres no podrán tener más hijos a menos que se aplaste la cabeza del niño antes del nacimiento». Fitzsimmons asegura que los abortos tardíos casi nunca se producen por motivos terapéuticos y que casi siempre se trata de mujeres y fetos sanos.

A su vez, la junta directiva del Colegio Americano de Ginecólogos afirma que «no se conocen casos en que este tipo de aborto sea la única opción para salvar la vida de la madre o preservar su salud».

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