Una comisión oficial de expertos ha entregado al gobierno de Canadá un largo informe que pide prohibir la «maternidad de alquiler», el diagnóstico prenatal del sexo, las técnicas de selección de sexo y el comercio con cigotos humanos, esperma, embriones, fetos y tejidos fetales. El informe solicita además la creación de una agencia nacional que centralice la concesión de licencias para las clínicas donde se apliquen las técnicas de reproducción artificial.
El texto, elaborado por la Comisión Real sobre las Nuevas Tecnologías Reproductivas, recomienda también prohibir la investigación en técnicas como la manipulación genética con fines eugenésicos, la clonación de embriones humanos y la producción de híbridos con células de hombres y animales. Propone, igualmente, reservar la fecundación in vitro sólo a las mujeres con obstrucción de las trompas de Falopio.
El punto clave es la creación de una agencia nacional con diversas competencias: conceder licencias a las clínicas públicas para experimentar las técnicas; ratificar o vetar las leyes provinciales sobre la materia, para evitar que las diferencias legislativas den lugar a un «turismo reproductivo» entre las provincias. Pero fundar esta agencia sería una intromisión sin precedentes del Estado en la autonomía provincial.
Por otro lado, el texto dice que «abortar por razón del sexo viola el principio de respeto a la vida humana y su dignidad». La Comisión también se opone a la manipulación de los cromosomas para aumentar la posibilidad de tener un hijo del sexo deseado. No obstante, en otro lugar el documento antepone los derechos de la mujer encinta a los del feto. Y, según el texto, tanto las madres solteras como las mujeres lesbianas deben tener acceso a las técnicas de reproducción artificial.