Pese a que desde hace años existían herramientas no oficiales para editar niveles de Mario en ordenador, Nintendo ha esperado al 30 aniversario de su mascota para lanzar su versión oficial: un potente editor que aúna tradición y modernidad.
Haciendo honor a la máxima de crear productos asequibles para toda la familia, esta herramienta es sencilla de manejar porque es un juego en sí misma. No hay farragosos menús para programar: el lienzo es un nivel de Mario sobre el que colocar elementos arrastrándolos desde sus miniaturas con el lápiz óptico. Probar las creaciones es tan sencillo como pulsar un botón: entonces se pasa del editor al juego y todo cobra vida.
Se cuenta con todas las categorías necesarias (bloques, plataformas y enemigos) y se pueden colocar en cualquier orden, incluso superpuestos. También se puede alterar su tamaño o cualidades resultando en tronchantes experimentos inéditos en la franquicia. El aspecto visual, a escoger entre cuatro de los títulos más famosos de Mario, determina a su vez los elementos, habilidades, sonidos y animaciones de que se dispondrá
Las posibilidades son infinitas: se puede edificar en horizontal o vertical y, conforme se usa, se consiguen nuevos útiles. Todo depende del grado de complejidad que se quiera alcanzar y del tiempo disponible para conseguirlo. La comunidad de jugadores ha demostrado gran pericia en poco más de un mes.

Compartir las creaciones es un proceso tan ágil como buscarlas entre el interminable listado, ya que existen filtros como el nombre del autor, de la obra o su popularidad. La capacidad para opinar sobre los niveles redondea el aspecto social aunque se echa en falta un modo cooperativo para dos jugadores al menos.
Lo más curioso es que, aunque se aplican las reglas generales del mundo Mario, hay sorpresas por descubrir mezclando los elementos disponibles para que no decaiga el interés. Destaca el manejo de otros personajes del catálogo de Nintendo, con su apariencia y sonidos característicos, previa conexión con sus respectivas figuras amiibo (a la venta por separado) o superando las creaciones en que se incluyen.
Para quien busque una entrega más tradicional del fontanero, el juego también incorpora decenas de niveles oficiales entre inéditos y refritos. Y para los más valientes están los desafíos “100 Marios”: conjuntos de niveles con dificultad a escoger que hay que superar con cien vidas.
Valorar la dificultad del conjunto es complicado porque la intensidad de los retos varía. Se puede decir que es un juego fácil de comprender pero difícil de dominar por completo, sobre todo por las temibles creaciones de los usuarios. Por suerte, hay varios intentos y, en el caso de los 100 Marios, se puede saltar los niveles que se deseen.
Dados su encanto, correcta factura técnica y abundancia de contenido, es un título imprescindible del catálogo de Wii U. Además, como producto eminentemente nostálgico, sabe ser contemporáneo sin extralimitarse. Recomendado para toda la familia por su inocuidad y accesibilidad. Los más pequeños podrán desarrollar con él su creatividad, perseverancia y capacidad resolutiva.
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