La ciencia necesita jóvenes

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La sociedad espera mucho de la ciencia, pero faltan los candidatos para desarrollarla
«Mientras que la ciencia y la tecnología desempeñan un papel esencial en la economía global de hoy, los jóvenes están volviendo la espalda a las materias científicas», reconocía recientemente Philippe Busquin, comisario de Investigación en la Comisión Europea. Sí, nos parece vital que aumente la inversión en I+D, pero cada vez hay menos alumnos de ciencias experimentales. La Semana de la Ciencia, que se ha celebrado del 5 al 11 de noviembre en toda Europa, ha sido una ocasión para sensibilizar a los jóvenes sobre los estudios científicos y buscar el acercamiento entre los científicos y el público.

Hay necesidad de jóvenes que quieran estudiar carreras de ciencias. Esta conclusión es compartida por los países de la Unión Europea, cuyas universidades ven descender el número de alumnos en Ciencias Experimentales en beneficio de las carreras técnicas. En Francia, de 1996 a 1999, el número de candidatos a estudiar carreras de ciencias descendió un 30%. El declive es común a toda Europa, con excepción de Alemania.

En España se ha hablado mucho del abandono de los estudios de Humanidades. Pero la huida de los estudios científicos no es menos preocupante. En los últimos cinco años, los alumnos matriculados en Ciencias Experimentales pasaron de 129.000 en el curso 1996-97 a 127.000 en el curso 2000-01. Las carreras de Ciencias acusan el declive demográfico, que se ha reflejado en el descenso del número global de universitarios. Pero lo notan más. Mientras que el número de alumnos matriculados en todas las ramas bajó un 2,16% en el pasado curso, los de Ciencias descendieron un 9,6%. El porcentaje de alumnos de Ciencias respecto al total ha bajado en los últimos cinco cursos del 8,36% al 8,22%.

Aparte del bajón demográfico, el retroceso de las carreras de Ciencias frente al avance de las técnicas muestra la inclinación de muchos jóvenes de hoy hacia los estudios más «prácticos» y con un futuro más lucrativo. Un reciente informe del Consejo de Universidades sobre la oferta y la demanda de plazas en las universidades españolas afirma que las Ciencias Experimentales «exigen una actuación urgente por parte de los responsables de diseñar su perfil y su curriculum». ¿Qué ocurre con estas carreras? Los expertos advierten que los estudiantes se decantan por las enseñanzas técnicas, que tienen menos contenidos científicos, menor nivel de dificultad y una salida profesional más directa en el mercado de trabajo.

Formar alumnos con otro perfil

También en Francia un informe de 1999 sobre el porvenir de la investigación señalaba que la desafección de los jóvenes por los estudios de ciencias se debía a «las insuficientes perspectivas de carrera a corto plazo, y a una enseñanza demasiado abstracta y académica».

¿Cómo hacer más atractivos estos estudios? Cuando en 2000 se celebró el Año Internacional de las Matemáticas, los departamentos de matemáticas de las universidades españolas se plantearon la necesidad de formar alumnos con otro perfil. Mientras que la imagen tradicional de los estudios de matemáticas los vincula exclusivamente a la docencia, cada vez hay más demanda de matemáticos en ámbitos no académicos: estadística, matemática financiera en bancos o aseguradoras, climatología, tratamiento de imágenes, etc. Y en esta línea van los másters que están ofreciendo algunas facultades.

En la actualidad, reconocían en un documento los directores de esos departamentos, «la escasa demanda y el sistema de acceso a la Universidad hacen que sea muy alto el porcentaje de alumnos matriculados que preferiría estar cursando otra carrera». Es decir, no son en buena parte alumnos que hayan escogido las matemáticas como primera opción, sino que no han podido entrar en informática o ingenierías.

Un difícil comienzo como becario

Pero aunque las salidas profesionales de los estudios de ciencias sean muy variadas, la investigación exigirá siempre un reclutamiento suficiente de científicos. De ahí que el gasto en I+D puede crear buenas oportunidades profesionales en este sector. El año pasado la Unión Europea (UE) dedicó a I+D el 1,9% del PIB (en comparación, EE.UU. gastó un 2,64% y Japón un 3,04% en 1999). En España está estabilizado en los últimos tres años en torno al 0,9%.

¿Quiénes hacen esa inversión en I+D? En la UE, el 66% corresponde a las empresas, el 20% a las universidades y el 14% al Estado. Este dinero sirve para financiar la investigación de 2,3 millones de europeos que trabajan en este sector.

Pero será difícil que la investigación atraiga las suficientes vocaciones mientras que el inicio de la carrera profesional sea tan azaroso como en España. Nadie sabe exactamente cuántos son los becarios, pero sólo en organismos públicos se habla de unos 15.000. En teoría, se trata de un periodo transitorio que debe servirles para completar su formación y encontrar empleo. En la práctica, es un trabajo que puede durar años en condiciones precarias, con sueldos que, en el caso de los licenciados, oscilan entre las 100.000 ptas. y las 170.000 de los más afortunados.

En los últimos meses, se han manifestado en diversas ocasiones para reclamar derechos reconocidos en cualquier trabajo, y que ellos no tienen por su estatuto de becarios. «Demandamos cuestiones tan básicas como la posibilidad de cotizar a la Seguridad Social, tener derecho a bajas por maternidad o enfermedad y al subsidio de desempleo», explica Guillermo Franco, portavoz de la Federación de Jóvenes Investigadores (El País semanal, 21-X-2001). Sin dignificar su situación, no es posible asegurar el futuro de la investigación en España. Según un estudio de esta federación, el 49% de los artículos científicos españoles publicados en revistas internacionales están firmados en primer lugar por becarios.

Nuevas oportunidades pueden abrirse también con la creación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. Con motivo de su reciente constitución, el presidente Aznar anunció que en el bienio 2001-2002 se van a incorporar 5.000 nuevos investigadores, aunque no precisó el tipo de contratación. Los partidos de la oposición han criticado la escasa dotación presupuestaria (800 millones de ptas.).

La cantera de mujeres investigadoras

El sector de investigación podría reforzarse si las carreras de Ciencias atrajeran a más mujeres. Mientras que en las Ciencias Médicas las mujeres empiezan a ser mayoría, en las de Ciencias Experimentales no llegan a la mitad del alumnado. En Matemáticas e Informática, el número de alumnas en los países de la UE cae hasta el 25% y en las Ingenierías y Arquitectura, al 15%. En ambos casos, España está algo por encima de la media.

Esto repercute en la proporción de mujeres investigadoras. Según los últimos datos de Eurostat sobre Mujer y Ciencia, en el conjunto de la UE, las mujeres investigadoras constituían en 1999 el 33% del total en Ciencias Biosanitarias, el 23% en Ciencias Naturales, y sólo el 12% en Ingeniería, el sector que tiene el porcentaje más bajo en todos los países.

En España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) hizo público el año pasado un estudio sobre mujeres investigadoras en este organismo. El 31% del personal investigador del CSIC en todas las áreas es de sexo femenino. En los estudios de Ciencias, el porcentaje oscila entre un 20% en Ciencias y Tecnologías Físicas, y casi un 40% en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Ciencias de los Materiales presenta un 31%, y Química, un 34,6%.

Sin duda, la ciencia necesita algo más que una Semana para lograr captar el interés de los jóvenes.

Alberto Fijo____________________Ver también entrevistas a Fernando Sols y Manuel Calvo Hernando.

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