Mientras en España seguimos recogiendo reacciones a la norma antipiratería en Internet y al mecanismo que permitiría el bloqueo de páginas web de descargas ilegales, Francia -que lleva ya cuatro meses de experiencia en una normativa similar- explora también propuestas positivas para disuadir del pirateo y promover las industrias culturales.
A petición del gobierno, una comisión de expertos, denominada Cultura e Internet, ha propuesto una serie de medidas, que serían financiadas por el erario público y con un nuevo impuesto a las grandes compañías que trabajan en Internet. Sería una tasa sobre los patrocinios y los banners en la web. El impuesto apunta sobre todo a Google, Yahoo, AOL, Facebook y Microsoft, acusados de captar el mercado publicitario on line.
La principal de las iniciativas, diseñada para promover la compra de música y cine en Internet, se dirige al público más joven. El informe Zelnik -el nombre viene de uno de los tres expertos convocados en esa comisión-, prevé la creación de un bono anual que costará 20 ó 25 euros y permitirá acceder a descargas por valor de 50. Al bono, denominado Música en línea, podrán optar los jóvenes de entre 15 y 24 años que quieran hacer sus compras legalmente en Internet. La diferencia de precios correrá a cargo del erario público y de las empresas afectadas por el Impuesto Google. “Si el Estado destinara a la medida unos 25 millones de euros al año, cifra que la comisión de expertos considera el punto de partida, esto permitiría alcanzar potencialmente a más de un millón de beneficiarios”, recoge el informe.

Con el denominado “impuesto Google”, se estima que se podrían recoger hasta 50 millones de euros en 2010, de 35 a 40 en los dos años siguientes, de estas compañías que parecen acaparar la tarta de la publicidad en la Red, sobre todo de la que se difunde por enlaces patrocinados y banners. Con el importe de esta nueva tasa el Gobierno francés sufragaría hasta una veintena de acciones positivas, destinadas a incentivar el consumo de bienes culturales en la Red, según recoge Le Monde.
Debate europeo
La tasa Google todavía dará mucho que hablar, puesto que habrá que estudiar si es compatible con el derecho comunitario. Los autores del informe Zelnik están seguros de que lo es, aunque son conscientes de que se requerirá el apoyo de otros Estados de la Unión Europea. De momento, ya han pedido al Gobierno francés que se dirija al Tribunal de la Competencia para que revise el sector de la publicidad en Internet.
En España el debate se encuentra todavía en una fase anterior y lejos de las medidas positivas complementarias preparadas por Francia. Estos días tanto la industria cultural como los usuarios de Internet han dado a conocer sus reacciones al anteproyecto de Ley de Economía Sostenible que incluye esta regulación –presentada el 8 de enero– y la fórmula elegida para poder actuar con celeridad cuando la futura Comisión de la Propiedad Intelectual determine que desde una página se puedan estar vulnerando los derechos de autor con ánimo de lucro. La inclusión del recurso a jueces de la Audiencia Nacional y a una ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, que prevé la resolución rápida de asuntos que atañen a derechos fundamentales, se considera “un mero atajo” para los detractores de la ley antipiratería y una reducción de las garantías jurídicas de todo el proceso.
Mano tendida a Google
Siguiendo la táctica del palo y la zanahoria, tras el anuncio de una posible tasa Google el Ministerio de Cultura francés ha ofrecido al gigante americano una colaboración para desarrollar juntos una gran biblioteca digital francesa.
Al igual que en el caso de la comisión Cultura e Internet, el gobierno encomendó a una comisión de expertos dirigida por Marc Tessier un informe sobre “la digitalización del patrimonio escrito”. El informe que acaba de ser entregado propone, en primer lugar, la digitalización en masa de libros, dentro de una biblioteca virtual pública ya en marcha denominada Gallica. Para financiar el escaneo se cuenta con 750 millones de euros, que saldrían del “gran empréstito” que ha lanzado el gobierno para financiar algunas acciones que considera prioritarias.
Estas obras digitalizadas serían el esqueleto de la biblioteca Gallica. Para añadir más títulos, el informe recomienda trabajar con compañías privadas como Google. El Ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand, que ha hecho suya la idea, va a proponer a Google, en un viaje a EE.UU. el próximo marzo, un acuerdo de intercambio de archivos, sin cláusulas de exclusividad y respetando los derechos de los autores. Mitterrand insiste en que Google debe abandonar la práctica de exigir un plazo de exclusividad, como el que ha obtenido con la Biblioteca de Lyon por 25 años.
¿Le interesará a Google? Hay que tener en cuenta que Google ha escaneado más de diez millones de libros, mientras que Gallica solo tiene 145.000 en su base de datos. Por otra parte, como reconoce el informe Tessier, el motor de búsqueda de Gallica deja mucho que desear.
Para convencer a Google, Mitterrand cuenta con el gran valor de los fondos de la Biblioteca Nacional Francesa y otras importantes bibliotecas públicas, y con la decisión judicial que el pasado diciembre, a instancias de los editores franceses, prohibió a Google digitalizar libros que tienen derechos de autor en Francia.