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Alzas y bajas en las modas televisivas

publicado
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El Mercado Internacional de Programas de Televisión en Cannes
El MIPTV (Mercado Internacional de Programas de Televisión), que se acaba de celebrar en Cannes (Francia) es, junto con los screenings de Los Angeles, la cita más importante para comprar y vender formatos y programas de televisión. Con un especial énfasis en lo que en el argot del medio se denomina fiction, Cannes es siempre un termómetro para averiguar las tendencias y modas con que nos obsequiarán los canales la próxima temporada. Entre los géneros destacados en este MIPTV 97 se encuentran los documentales y los dibujos animados más elaborados, mientras que las grandes esperanzas puestas en la ficción a nivel europeo no acaban de materializarse.

La creciente diversificación del mercado, fruto de un panorama televisivo más rico en ofertas, es sin duda la primera novedad de esta edición. Hasta el punto de que está dando lugar a la creación de mercados específicos, fruto de la fragmentación de las audiencias (ver pág. 4). Si bien ha quedado de manifiesto ese interés por diversificar los productos de cara a las nuevas tecnologías, el MIPTV 97 ha sido todavía de transición. Se aventura ese futuro, pero el mercado no ha comenzado de una manera generalizada a ocuparse de él.

El difícil entendimiento europeo

El MIPTV no es sólo un mercado. Aspira también a ser un foco de intercambio de opiniones serias sobre asuntos que afecten al desarrollo de la televisión. Pensando quizás en ese futuro en el que la demanda de programas se va a multiplicar, se ha renovado el interés por la ficción de cuño europeo, objeto de varias mesas redondas.

No ha bastado la presencia de un nutrido grupo de actores de los principales países de la Unión Europea, que han dado al mercado la fotografía de familia. Eso se ha quedado en un simple acto protocolario. Las sesiones han demostrado una vez más la imposibilidad de llegar a acuerdos entre televisiones y productoras europeas para hacer frente al «enemigo común»: la industria del entretenimiento y de la ficción americana.

Hace ya años que este discurso se vuelve a repetir en conferencias y encuentros, y siempre se oyen las mismas ideas sin llegar a conclusiones.

Alastair Stewart, de la London News Network, apuntaba que ni las grandes series producidas por las cadenas estatales europeas, en colaboración con los canales privadas o productoras independientes, han dado resultado. Y mencionaba el caso de Nostromo, la miniserie basada en la obra de Joseph Conrad, que el año pasado fue presentada en Cannes a bombo y platillo. Producida, entre otras, por la BBC, TVE y el grupo alemán Kirch, ha cosechado un rotundo fracaso allí donde se ha emitido. Stewart lo achacaba al hecho de haber tenido problemas en todas la fases, desde la preproducción al rodaje, pasando por el guión.

La falta de actores que vendan su imagen más allá de las fronteras de su propio país es otro de los grandes inconvenientes para las coproducciones europeas. Salvo raras excepciones, no hay actores europeos conocidos, capaces de ser la locomotora que haga arrancar el tren de un proyecto ambicioso multinacional. En este sentido, TF1 y Berlusconi junto con la productora D+D están dispuestos a quemar un último cartucho. Su idea es que hay que partir de textos, más que clásicos, muy populares. Y han optado por El Conde de Montecristo, la novela de Dumas, que para muchos expertos tiene todos los ingredientes propios de las telenovelas: del amor a la venganza. Bien es cierto que este proyecto no es una telenovela, sino una miniserie de cuatro capítulos, cuya principal baza es el actor francés Gérard Depardieu, quizás el más internacional de todos los actores europeos en este momento. Él mismo ha creado D+D, para acometer como coproductor este reto, que si todo va bien podrá estar en los televisores el año próximo.

La diversidad de gustos fue otro tema recurrente en esta Babel de la producción europea. Los ejemplos más mencionados fueron las series, entre ellas las que tenían como protagonista a un policía. Mientras Derrik, el investigador talludito que combina la defensa de la ley con una vida triste de lobo solitario, es un éxito desde hace años en Alemania, el país de origen de la serie, e incluso en Italia ha cosechado una audiencia considerable, en España la serie fue cancelada. Navarro, el flic de moda en Francia, con varias temporadas en antena y que figura en décimo lugar en el ranking de los programas más vistos en la pasada temporada en ese país, fue programado en España a altas horas de la madrugada en Antena 3 y ahora sufre el mismo castigo en TVE 1.

La búsqueda del mínimo común denominador parece ser la clave en este planteamiento de aunar esfuerzos para encontrar la fórmula ideal de la coproducción europea. Un tema que ya comienza a sonar a manido.

El documental, superestrella

Los documentales siguen ganado terreno. Su calidad, su precio y el creciente interés por parte de las audiencias, más su prometedor futuro en las cadenas temáticas, colocan a este género en un lugar preeminente.

El nuevo MIP DOC, que a partir del próximo año se dedicará a este género, habla de su potencial. Pero lo atestiguan también los múltiples stands en los que se podían adquirir derechos de emisión de todo tipo y género.

Discovery Channel goza de una situación preferente con sus magníficos productos, sobre todo de naturaleza salvaje o los dedicados a paisajes y civilizaciones exóticas. No le basta con su canal especializado, sino que sus productos forman hoy parte de las reservas (library) de todas las grandes televisiones.

Canal Plus (Francia) se sirvió de la magnífica plataforma que es este mercado para presentar su última iniciativa, Doc Star, que aspira a ser la mayor sociedad de derechos de documentales de Europa. A este propósito, sus dirigentes recordaron que Canal Plus siempre había apostado en su programación por el documental.

Esta importante operación tiene como objeto ir nutriéndose para servir a los canales temáticos. Su primer paso ha consistido en una asociación con National Geographic para que forme parte de su catálogo de derechos.

Al margen de estas grandes compañías, los documentales de viajes, etnografía y deportes han atraído la atención de gran número de compradores, sin olvidar algunas secciones emergentes como son las dedicadas a la moda y a la cocina.

Suscitó gran interés una serie sobre la historia de los Papas, producida por S4C (Gales), La Cinquième y RTE (Irlanda). Saints and Sinners (The history of the Popes) consta de seis capítulos de una hora de duración. Sus productores mantienen que su proyecto obtuvo permiso del Vaticano para poder rodar gran parte del documental. Mostraron sólo diez minutos del mismo, que posee una buena factura formal. Será necesario esperar a que la serie se emita para poder verificar si han acertado en el tratamiento.

Los niños: ese gran mercado

Una simple vuelta por los stands bastaba para verificar el enorme tirón que tiene el público infantil y juvenil. En este campo las sorpresas han sido muy agradables. En primer lugar, se notaba un claro descenso en la oferta de los dibujos animados violentos, así como la vuelta al dibujo animado más trabajado.

Es notable el prestigio de algunas productoras españolas, singularmente BRB, conocida por series como David, el Gnomo. Este año presentaba dos productos nuevos: una versión de Yolanda, la hija del Corsario Negro, coproducida por la RAI y Antena 3 TV, y Football Stories, coproducida por la Federación Española de Fútbol.

Por su parte, Antoni D’Ocon, el creador de Los Fruitis, ha firmado un contrato de tres años con TF1 para producir varias series de dibujos animados.

El Gobierno canario presentó una serie de dibujos animados sobre la historia de las islas que comprende veintiséis capítulos de media hora.

Son también interesantes las ofertas de Reader’s Digest con Country mouse and the city mouse adventures, en la línea del dibujo animado tradicional. Disney aprovecha la sinergia de sus 101 dálmatas para lanzarla ahora en serie de dibujos animados para televisión y de nueva factura. También se ha convertido en serie Casper, el simpático fantasma, además de la versión animada de Pipi calzaslargas.

Modas: de lo esotérico a los desastres

Continúa la moda de lo esotérico, bautizado cada vez más con el calificativo de sobrenatural: temas religiosos tratados desde una vertiente poco profunda y sensacionalista, que mezcla en ocasiones lo morboso con lo inalcanzable por la mente. Así es The Celestine Prophecy, un viejo manuscrito encontrado en las selvas peruanas que da luz sobre una cultura espiritual del mundo. También siguen las series sobre fenómenos paranormales en la línea de Expediente X, como PSI Factor.

Parece que el reality baja puntos en la cotización televisiva. Ahora se llevan los desastres naturales. Series como Anatomy of Disaster, que en siete capítulos de una hora muestra la fuerza de los huracanes, las tormentas de fuego, los tornados… Storm Warning es toda una lección de la batalla por la supervivencia y What Went Wrong habla en imágenes sobre las tragedias tecnológicas. La Paramount presentaba dentro de este género Powerful, en la línea del reality menos truculento.

Entre los géneros tradicionales, las telenovelas no pierden público ni mercado. Las viejas series americanas retornan quizás por la fuerza de la nostalgia o como piezas históricas. Bonanza, El gran chaparral, Bill Cosby, El fugitivo, Yo, espía, El Santo, vuelven a encontrar acomodo al amparo del recuerdo de una generación o por la curiosidad de las nuevas, que quieren ver la arqueología de la ficción, sobre todo de aquellos títulos que han servido de base hoy a grandes producciones cinematográficas. Y es que el cine a veces busca su inspiración en el mercado televisivo.

Las series que se anuncian

Entre los productos ya realizados, una marca americana, Hallmark, sorprendió por la calidad de cuatro miniseries que llaman la atención por sus argumentos. La más sobresaliente es La Odisea: cuatro horas de viaje con Ulises, interpretado por Armand Asante, con un reparto que incluye a Greta Scacchi, Isabella Rossellini y que en Europa distribuirá el alemán Kirch. No menos interesante es Moby Dick, que rescata a Gregory Peck para volver a interpretar al viejo capitán Achab, que inventase Melville. El tercer proyecto es también decididamente ambicioso: Stanley and Livingstone narra las aventuras y rivalidades entre los dos exploradores, a los que dan vida Patrick Stuart y Aidan Quinn. Y, por último, el que más interés despertaba, Mother Teresa, la historia de Teresa de Calcuta desde su llegada a la India, con Geraldine Chaplin como protagonista.

Una productora independiente, Village Rodashow Pictures, anunciaba la nueva versión, en formato miniserie, de la novela de Julio Verne 20.000 leguas de viaje submarino, protagonizada por el británico Michael Caine.

En cuanto a series convencionales, bajo el sello Universal se produce T.K.R. (Team Knight Rider), una especie de Equipo A mucho mas sofisticado y con menos sentido del humor, y F.E.D.S., sobre un equipo de jóvenes agentes de la justicia que luchan contra la corrupción.

Paramount apuesta fuerte por Larry Hagman (el famoso J.R.) en Bourbon, una serie con los ingredientes clásicos; por Formers Amount, sobre los equipos de rescate de la Marina, con un buen diseño de producción; y The Sentinel, un policía con una secreta arma letal.

Warner sigue vendiendo sus dibujos animados y los catálogos de sus films para la gran pantalla, entre los que se encuentra una nueva entrega de Batman. Para la televisión propone The New Adventures of Robin Hood, con el actor Matthew Porretta como protagonista.

Aaron Spelling volvía a la carga con sus series Beverly Hills, Melrose Place, Sunset Beach y Savanah, lista a la que añadía otra del mismo cuño, Pacific Palisades.

La oferta europea era más débil. Entre los proyectos más interesantes se encuentran tres de la RAI: The Heaven Bellows the Desert, que demuestra la fascinación de los guionistas por el desierto; un tema muy recurrente en la ficción aquí presentada, The White Elephant, y una nueva entrega de La Biblia, esta vez del capítulo dedicado a Salomón. Además de un thriller policiaco en la línea de La Piovra, titulado The Octopus.

Silvio Berlusconi, con su sello Mediaset, anunciaba Desert of Fire, intriga y aventuras con un Anthony Delon como eje principal de la acción, y The Fourth King, el cuento del cuarto rey mago.

Como contestación al film musical de Alan Parker, la cadena argentina Telefé vendía los derechos de su particular versión sobre la vida de Eva Duarte. Una Evita que, según rezaba la publicidad, «nunca dijo: no llores por mí, Argentina».

Mercados para una audiencia fragmentada

El MIPTV cuenta ya con una segunda cita anual orientada a los productos para satélites: MIPCOM, y con su mercado especial para los países de Asia y Oceanía: MIPTV Asia (Hong Kong). Ve también crecer sus específicos mercados, fruto del fraccionamiento de las audiencias, como resultado de las nuevas tecnologías (satélite, cable, televisión digital). Y ya se anuncia para el próximo año un MIP DOC, exclusivamente dedicado al género documental, y otra nueva edición del MIP Junior, cuyo fin es la venta de productos dedicados a los más jóvenes espectadores.

La pujanza de estos mercados, especialmente del de Cannes, se refleja en el incremento de las cifras de participantes. En esta edición han tomado parte 2.676 sociedades de 1.104 países. En cuanto a la procedencia de los participantes por continentes, el 45% provenían de Europa (sin contar Francia, país anfitrión), el 19% de América del Norte, el 15% de Francia, el 13% de Asia-Oceanía, el 3% de América Latina, y el 5% de África-Oriente Medio.

Un total de 10.767 profesionales han visitado las cuatro plantas del palacio del festival, las dos inmensas carpas (Riviera Village y Palm Village) que este año han incrementado la superficie total del recinto: 17.000 metros cuadrados. Todo esto sin contar los barcos anclados en el puerto de Cannes, a bordo de los cuales se han comenzado tratos millonarios o se han cerrado operaciones de gran calado, fuera de los ojos espías de la competencia.

También los salones de los célebres hoteles de La Croisette son hasta altas horas de la madrugada un lugar de encuentro donde se acaban de redondear compromisos o se inician negociaciones, que días más tarde se cerrarán en reuniones en diversos países.

José Angel Cortés Lahera

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