Adopción por parejas homosexuales: los deseos y la realidad

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Análisis
Los países con niños adoptables no quieren uniones homosexuales

Que las parejas de «gays» o lesbianas puedan adoptar niños es hoy un objetivo estrella del movimiento homosexual. Hasta ahora, sólo lo permiten tres países (Gran Bretaña, Holanda y Suecia), más algunos estados de EE.UU. y una comunidad autónoma española, Cataluña (tras la reforma del Código de Familia aprobada a finales de marzo).

Pero una cosa es la ley y otra la realidad. Las naciones donde las parejas homosexuales pueden adoptar apenas tienen niños adoptables, y aquellas donde los hay no consienten que los adopten parejas homosexuales.

El Parlamento sueco tramita ahora un proyecto que daría rango de matrimonio a las uniones homosexuales (ver Aceprensa 124/04), que desde 2003 pueden adoptar niños, si están registradas. Pero los huérfanos que se adoptan en Suecia (800-1.000 anuales) vienen todos del extranjero. En 2002, el gobierno hizo una consulta a los 25 principales países de donde proceden los niños para preguntar si admitirían que los adoptaran homosexuales. Contestaron 17, todos que no. En estos días, Adoptionscentrum -la mayor de las agencias de adopción reconocidas por las autoridades suecas- tramita por primera vez la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual. Esta organización tiene convenios con 18 países, pero el intento no ha dado resultado alguno por ahora.

Respuestas negativas

En Holanda está reconocido el «matrimonio» entre homosexuales desde 2002, con la posibilidad de adoptar solo niños del país. Pero prácticamente todos los niños que se adoptan en Holanda (en torno a 1.400 al año) son extranjeros. Las adopciones de niños holandeses son tan raras que el Ministerio de Justicia no publica datos. La anulación del veto a adoptar en el extranjero, propuesta en el Parlamento este año, no surtirá gran efecto. Una organización holandesa que ha explorado las posibilidades de hacerlo para una pareja homosexual ha consultado a 21 países. Ha obtenido 14 respuestas, todas negativas.

Solo Gran Bretaña y EE.UU. tienen números significativos de niños adoptables. Pese a ello, las adopciones por parejas homosexuales son muy escasas. En la práctica no es tan fácil prohijar niños nacionales, porque en gran parte no son huérfanos de corta edad, sino chicos acogidos en instituciones por abandono o malos tratos. Y muchos otros se entregan en custodia o adopción a otros parientes. Por eso en EE.UU. ha aumentado rápidamente la adopción de niños extranjeros, hasta alcanzar el récord de 21.100 en 2002 (último año para el que hay datos definitivos). Además, hay que tener en cuenta un problema de «competencia», tanto allí como en los otros países: las parejas homosexuales son una exigua minoría en comparación con los matrimonios y aun las personas solas dispuestas a adoptar.

En el resto del mundo la situación no ha cambiado. Otros países que han dado estatuto legal a las parejas homosexuales no les permiten la adopción. En tal caso está Bélgica, el único lugar con Holanda donde pueden acceder al matrimonio.

En Alemania, Dinamarca, Finlandia, Islandia y Noruega, las parejas homosexuales pueden registrarse y obtener derechos similares a los de las casadas, pero no pueden adoptar niños. En estos países tampoco se permite el recurso a la inseminación artificial para tener hijos a las uniones de dos mujeres.

Va siendo más frecuente, en cambio, que un miembro de una pareja homosexual adopte los hijos del otro. Es una posibilidad prevista por ley en Dinamarca y Noruega, pero siempre que el niño no haya sido adoptado antes en el extranjero. Islandia solo concede la custodia conjunta en tales casos; también Alemania, pero solo para los asuntos de la vida doméstica.

Sin ley específica, en otros países los tribunales han otorgado algunas veces la patria potestad conjunta a parejas homosexuales sobre los hijos de un miembro. Así ha sucedido, por ejemplo, en Australia, Canadá, España o Israel.

Preferencia a los matrimonios

En Suiza se someterá a referéndum el próximo 5 de junio una ley sobre uniones homosexuales. Las encuestas predicen que se aprobará. El proyecto crea la figura de las «parejas registradas de personas del mismo sexo», que tendrán el mismo tratamiento que los matrimonios en materia de asistencia mutua, patrimonial (en régimen de separación de bienes), de herencia, de disolución, etc. Pero se excluye que puedan recurrir a la reproducción asistida o a la adopción.

En Canadá (ver Aceprensa 18/05) y España (ver Aceprensa 50/05) se tramitan proyectos para dar a las parejas homosexuales el estatuto de matrimonio, con la posibilidad de adoptar niños. No lo tendrán fácil. En España, por ejemplo, las adopciones de niños extranjeros (5.541 en 2004, un 40% más que el año anterior) son ya el 80% del total.

Los países de donde proceden los niños no solo vetan a las uniones homosexuales, sino que además suelen dar preferencia a los matrimonios. Así hacen China (número uno mundial), que limita al 8% del total las adopciones por parte de personas solas (y en este caso exige garantías de que el solicitante no es homosexual), y en menor medida, Rusia (segundo puesto). Ucrania, Colombia y otros países solo aceptan matrimonios, salvo para niños mayores o con deficiencias. En general, las naciones de origen parten de un principio: la solución para un niño huérfano o abandonado es encontrarle una madre y un padre casados. Tratan, en fin, de dar una familia a un niño que no la tiene, no simplemente un niño a unos adultos que lo desean.

Juan Domínguez

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