Continúa creciendo la presencia de autores rumanos, tanto clásicos como contemporáneos, en el mercado editorial español. N. D. Cocea (1880-1949), nacido en Moldavia, estudió Derecho y amplió estudios en París. Fue uno de los escritores más representativos de la literatura rumana antes de la Segunda Guerra Mundial. También se dedicó al periodismo y a la política, y fue diputado en 1920 por un partido de ideas socialistas.
Esta novela, en parte autobiográfica, revive su estancia en la localidad rural de Cotnari, en el corazón de Moldavia, adonde fue destinado como juez. El narrador y protagonista comparte su misma profesión y también sus mismas ideas artísticas, sociales y políticas (y hasta religiosas). De hecho, se muestra más interesado por la literatura que por las cuestiones burocráticas propias de sus obligaciones: “Me pasaba tardes enteras entregado a la más pura ensoñación”.
El protagonista comparte mesa y tertulia de manera habitual con las fuerzas vivas de la ciudad: el médico, el juez, el gendarme… Un recurrente tema de conversación es la vida de un personaje enigmático muy popular en la localidad, Manole Arcasu, un boyardo de más de noventa años que posee varios viñedos por la zona y que, “pese a su ingente fortuna”, lleva una vida de ermitaño. Los tertulianos no dudan de su poder en el pueblo y le acusan de huraño, arisco, despreciable, “avaro y medio loco”. Para el protagonista, tal y como se lo han pintado en las tertulias, se trata de un personaje más propio de la leyenda y de la fantasía que de la realidad.
En un momento dado, los dos, Manole y el juez auxiliar, tienen un encuentro casual y desde entonces se forja una creciente amistad que levanta múltiples envidias entre sus colegas de la posada. Ambos comparten su deliberado alejamiento de Dios y sus críticas al peso de la religión en la vida de las personas, especialmente en ciudades provincianas como la suya.
Cuando el protagonista conoce en profundidad a Manole Arcasu, empieza a vislumbrar que detrás de él se esconde un secreto que quizás sea la clave para entender su misteriosa vida.
La novela, breve, da un importante giro cuando los dos comparten mesa en la casa del boyardo. Allí, a la vez que todos los sirvientes y labradores participan de manera festiva en el anual proceso de la vendimia, este le cuenta, delante de un vino muy especial, un suceso biográfico que transcurre en esa misma finca, que tiene que ver con el vino que están tomando y que se remonta a muchas décadas atrás.
Tras la novela de Cocea, el libro incluye un relato de una autora rumana contemporánea, Corina Sābau, que comparte, desde perspectivas temporales muy distintas, algunos ingredientes de la novela. El relato se desarrolla también en el mundo rural rumano.