Abdennur Prado es poeta, ensayista y cineasta. Se declaró musulmán en el año 2000. Desde entonces, tiene un papel activo en la defensa de los derechos civiles de los musulmanes colaborando, entre otras instituciones, con las Naciones Unidas; además, ha sido secretario de la Junta Islámica de España, escribe sobre el islam en periódicos, ha publicado casi una decena de libros y enseña religión islámica en la UNED.
A diferencia de sus otros ensayos, ¿Por qué soy musulmán? es una obra marcadamente personal en la que busca relatar cómo llegó a la fe islámica desde el ateísmo militante y su posterior camino espiritual como musulmán. Insiste Prado en los aspectos de libertad, intimidad con lo divino y conexión con los demás, y afirma que “la uniformización de conciencias y el dogmatismo son lo más opuesto al islam que pueda concebirse”.
Sin embargo, el autor es consciente de que su visión “choca tanto con la imagen más extendida del islam como con numerosas prácticas sociales, costumbres y leyes coercitivas que les son impuestas a los musulmanes (en especial a las mujeres)”. Precisamente por eso, es interesante comprobar cómo defiende, desde la propia “revelación” islámica y teniendo en cuenta su experiencia religiosa, una visión del islam iconoclasta, no exenta de contradicciones.
Explica también por qué no es cristiano, pero se refiere a las conexiones que siente con el cristianismo, habla del ansia de trascendencia que esconde el consumo de drogas y de cómo sólo Dios puede curarlo, de la importancia del rock, el flamenco y la música clásica en su camino espiritual, de la islamofobia como el nuevo antisemitismo, del feminismo islámico…
Desfilan por estas páginas también todo tipo de referencias a filósofos, santos, literatos y pensadores de Europa que el autor conecta con las ideas del islam, ofreciendo puntos de vista sorprendentes e interesantes críticas a algunos aspectos de la tradición del pensamiento europeo, si bien otros se juzgan desde posiciones ideológicas actuales, sin matizar el contexto histórico en el que se enmarcan.
El lenguaje es cercano y ágil, aunque algunas partes se pueden hacer lentas o repetitivas. Es un libro que resultará interesante a todo aquel que quiera conocer un poco más a fondo el islam y que esté abierto a dejarse sorprender por aspectos de la “revelación” islámica poco conocidos, así como por interpretaciones ciertamente heterodoxas y libertarias.