En los últimos años del régimen de Franco, España necesita mostrarse más en el exterior con una imagen renovada, y el festival de Eurovisión era una gran oportunidad. Esta serie muestra con un punto de humor y una estética visual muy sesentera lo difícil que fue el proceso de selección de la canción y de la artista que llevaron a la victoria en el festival de 1968.
Los creadores de la serie son Pepe Coira, hermano de Jorge Coira, con quien trabajó como guionista en Hierro y Rapa, y el prolífico Fran Araújo (Un año, una noche, Apagón). El casting es acertadísimo, tanto en principales como secundarios, pero sobresale la personalidad de Carolina Yuste (que acaba de ganar el Goya por La infiltrada), junto con el cómico Xosé A. Touriñán (Atasco, Justo antes de Cristo), que da vida a Manuel Fraga con mucha naturalidad. Menos suerte tienen Patrick Criado (Antidisturbios) y Laia Manzanares (Lo que queda de ti), dos actores más que notables que, a pesar de tener dos personajes protagonistas, resultan más bien anodinos.
La serie va de menos a más, con algunas escenas bien logradas y otras que aportan poco a los matices de los personajes. La trama es muy entretenida, con giros bastante desconocidos que aportan dinamismo y encanto. También desde el punto de vista de la dirección artística, esta ficción está mimada en vestuario y localizaciones, consiguiendo una recreación de la época muy creíble desde el punto de vista formal.
Como es lógico, la música es un factor esencial en la serie, que ayuda a mostrar el aislamiento de España y el talento de sus mejores cantantes, desde el Dúo Dinámico a Joan Manuel Serrat, pasando por Los Brincos o Raphael.