Durante mucho tiempo, “adicción” era casi solamente “drogadicción”. Pero en los últimos años han empezado a proliferar adicciones que no son a sustancias, sino a comportamientos, en especial con ocasión del uso excesivo de aparatos digitales. Son como efectos secundarios de una sociedad de abundancia y sobrestimulada.
La ludopatía –una vieja adicción comportamental– ha migrado, en buena parte, al ciberespacio, con las apuestas y otras formas de “juego” online, como las inversiones en Bolsa o la especulación con criptomonedas. Ahora hay, además, adicción a la pornografía –la más extendida, la que más preocupa y la más investigada–, digital también; a los videojuegos; a las redes sociales; a las compras por internet; al sexo y a las novelas e…
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