Autora de más de veinte novelas que tienen como tema la identidad personal y colectiva, Annie Ernaux (1940) obtuvo en 2022 el Premio Nobel de Literatura. En España, la editorial Cabaret Voltaire ha publicado un buen número de sus obras. La última de ellas es este diario que no tiene la más mínima intención de ser íntimo. En él se contienen las entradas que escribió desde 1985 hasta 1992. Diario del afuera se publicó por vez primera en 1993.
El libro comienza en 1985, cuando la autora se trasladó a vivir a Cergy-Pontoise, una ciudad a 40 kilómetros de París creada de la nada, sin memoria ni raíces. La autora observa a sus vecinos, a los clientes de los supermercados y tiendas, a los viajeros del tren de cercanías y del metro. Oye retazos de conversaciones. Escucha programas de radio y de televisión. Lee fragmentos de periódicos y revistas. Y con este material urbano y callejero, que traslada de manera breve a las entradas de su diario, no busca realizar un reportaje ni un estudio sociológico, sino “captar la realidad de una época (…) a través de una colección de instantáneas de la vida cotidiana colectiva”.
Ella intenta pasar desapercibida. Se convierte en un mudo testigo de lo que ve a su alrededor. No quiere exponer ni sus ideas ni su mundo interior. Sin embargo, Ernaux es consciente de que nada de lo que escucha o contempla la deja indiferente. De alguna manera, ella se siente portadora de la vida de los otros. Y hay en este diario “exterior”, volcado hacia afuera, un proceso de selección personal sobre lo que encaja en sus páginas, sobre todo escenas intrascendentes.
Como escribe en el prólogo, no consigue la asepsia que busca. Al contrario, es consciente de que al final ha puesto en este diario “mucho más de lo previsto”. Más aún: “ahora estoy segura de que se descubre más de uno mismo proyectándose en el mundo exterior que en la introspección del diario íntimo”.
Hay, por tanto, una evidente correlación entre el mundo exterior, su literatura y su mundo interior. Eso sí, todo esto se aprecia en este diario de manera leve, indirecta, nada explícita, pues el libro emplea una forma de describir aparentemente arbitraria e inconexa para atrapar la realidad de ese microcosmos donde habita la autora.