Un escenario posible pero sorprendente: triunfa la extrema derecha en Argentina

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Javier Milei
Javier Milei (foto: @javiermilei)

Buenos Aires.— Un país estremecido por la violencia y empobrecido por la inflación votó este domingo a los precandidatos a presidente que se definirán en las elecciones generales de octubre. El nivel de ausentismo -sólo votó el 68,3% del padrón electoral– evidenció el pesimismo y el desencanto hacia la dirigencia política. El resultado confirmó el hartazgo: Javier Milei, el candidato liberal que irrumpió en el escenario político acusando al peronismo y al macrismo de ser la misma “casta política”, obtuvo la mayoría de votos. Su partido La Libertad Avanza se posicionó por encima de su par opositor, Juntos por el Cambio, y el partido kirchnerista, Unión por la Patria, quedó en tercer lugar.

Cecilia tiene 48 años, vive en el conurbano bonaerense con dos hijos y una nieta. Tiene dos ocupaciones que le permiten llegar a fin de mes: vende tortas y limpia casas. Su día empieza a las 5 am y apenas se despierta envía un mensaje a su vecina para confirmar que se encontrarán en la esquina de siempre para viajar juntas. Pasan dos horas y sigue siendo noche cerrada cuando Cecilia llega a destino y saluda diciendo: “No aguanto las ganas de que sea domingo para ir a votar”. Es martes y faltan cinco días para las elecciones primarias.

El miércoles, a la hora en que Cecilia entra a trabajar, Morena Domínguez, una niña de once años que también vive en el conurbano, se dirige a la escuela, pero no llega. Dos hombres la interceptan con su moto y la golpean brutalmente para robarle la mochila. La niña muere luego de intentos frustrados de reanimación. La Policía encuentra a los delincuentes negociando la venta del celular de Morena a cambio de droga.

Faltan cuatro días para las elecciones, el dólar sigue subiendo en Argentina y la escasez de reservas en el Banco Central alcanza un récord histórico. La inflación y la inseguridad dominan los debates, las encuestas, los discursos, pero ese día se acabaron las palabras, la campaña se tiñó de luto y los candidatos tuvieron la decencia de suspender los actos de cierre. Un video registrado por las cámaras de seguridad se viraliza: a una niña de 11 años la matan para robarle la mochila.

La inseguridad, que no es noticia para el ciudadano de a pie, vuelve a dominar la agenda mediática y política la tarde del jueves. El conurbano bonaerense es nuevamente escenario de violencia: a un médico lo matan de un tiro en la cabeza para robarle el auto. A las imágenes de Morena Domínguez se suman las de Juan Carlos Cruz. Se posiciona un voto, el voto bronca, el más temido por el oficialismo, pero en su expresión, el menos pensado por la coalición opositora Juntos por el Cambio.

Un cambio radical

Semanas atrás, las encuestadoras arrojaban cifras dispares, aumentando la falta de credibilidad que conquistaron luego de las últimas elecciones presidenciales de 2019, cuando desestimaron la derrota del gobierno de Mauricio Macri y el triunfo del actual presidente Alberto Fernández.

Pero más allá de los pronósticos inciertos de las encuestas, con un dólar disparado, una inflación que llegó a una variación interanual de 114,2%, y una hiperinflación golpeando las puertas, las elecciones provinciales previas a las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), en las que el peronismo sufrió una dura derrota, anunciaron este escenario. El kirchnerismo, que nació en el interior del país, perdió históricos bastiones del peronismo como Santa Fe y San Juan.

Los hechos violentos de la última semana calentaron la campaña y el humor social. Se anticipaba que el peronismo tendría una mala elección, el deseo de un cambio estaba claro. Hasta el mismísimo ministro de Economía y candidato del kirchnerismo, Sergio Massa, buscó presentarse como esa figura: “Voy a ser el presidente que derrote la inflación”. Una promesa que cayó en saco roto, en bolsillo vacío. El peronismo quedó tercero en estas elecciones primarias que funcionan como una gran encuesta nacional.

Los resultados las primarias mostraron el despertar de un ciudadano que reacciona y canaliza su voto bronca en un candidato disruptivo, sin aparato ni trayectoria política

Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, candidatos que compitieron dentro de la coalición Juntos por el Cambio, llevaron adelante una campaña dura, y aquella estrategia de enfrentamiento continuo falló por su falta de empatía con un electorado que sufre la inseguridad, no llega a fin de mes y necesita soluciones. Unidos en la necesidad de encarar las reformas estructurales que el país demanda, pero confrontando fuertemente en sus posturas: Rodríguez Larreta representó la gradualidad, mientras que Patricia Bullrich se mostró más decidida a llevar adelante una política de shock. Esa postura decidida le valió la ventaja sobre su opositor en la coalición, pero la sumatoria de votos de ambos candidatos, que fue del 28,27% –apenas un punto por encima del candidato oficialista Sergio Massa, que obtuvo un 27,27% de votos– no alcanzó el batacazo de Javier Milei, que arrasó alcanzando un 30,05% de los votos, siendo el elegido en 16 de las 23 provincias argentinas.

Sorpresa e incertidumbre

Los resultados abrumadores de estas elecciones PASO mostraron el despertar de un ciudadano argentino que vota de una forma nueva. Un ciudadano que reacciona y canaliza su voto bronca en un candidato disruptivo, sin aparato ni trayectoria política. Un hombre arrasador en sus expresiones “–No vine a guiar corderos sino a despertar leones”, es uno de sus lemas–, pero sobre todo en sus propuestas.

Este economista de 52 años, que se posicionó en el escenario político luego de participar en los medios como analista económico, fue el elegido por los argentinos prometiendo una reforma económica ultra shock: entre sus prioridades se encuentran dolarizar la economía, privatizar las empresas públicas del Estado y cerrar el Banco Central.

Presenta además posturas polémicas como la libertad para la compraventa de armas y la venta de órganos. Se define antiaborto, pero proeutanasia.

¿Quiénes son los votantes de Milei? Se decía que eran los jóvenes de entre 18 y 35 años. Los resultados de las PASO mostraron lo errático de ese supuesto.

Podría decirse que hay dos componentes en el electorado de Milei. Un componente son personas convencidas, que apoyan intelectualmente las medidas extremas del líder liberal. Otra parte –que hace temblar a Juntos por el Cambio– es paradójicamente un electorado kirchnerista. ¿Por qué un votante peronista votaría la ultraderecha? Porque el de Cristina Kirchner es ante todo un discurso antisistema y ese voto se lo estaría llevando Milei.

Empezó otra campaña, la definitiva. Una campaña con nuevas incertidumbres y una certeza: los argentinos quieren un cambio profundo, cueste lo que cueste.

3 Comentarios

  1. Me gustaría saber qué piensan (qué piensan hacer) los tres candidatos principales sobre el aborto, la natalidad, la familia, la imposición de la ideología de género en la educación (a espaldas de los padres) y su promoción social, la eutanasia…

  2. Milei y su partido no tiene nada de derecha: sencillamente es un liberal. Si se quiere añadirle lo de «ultra», se lo debería calificar como «ultra liberal», pero de ningún modo como de derecha. Su principal referente y asesor es el académico Benegas Lynch, el cual, lejos de ser de derecha, es un liberal convencido (sin ir más lejos, publicó en el diario La Nación hace más tres semanas un artículo elogioso sobre Sarmiento y Schiller, hermanados por sus adhesiones masónicas). Desde hace poca la izquierda vernácula está haciendo denodados esfuerzos para presentar a Milei como ultraderechista, pero ya se sabe: para la izquierda cualquiera que no comulgue con las ideologías de marxistas o filo marxistas es un fascista.

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