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El problema de la consciencia

EDITORIAL

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2022)

Nº PÁGINAS200 págs.

PRECIO PAPEL15,50 €

PRECIO DIGITAL10,49 €

GÉNERO

Miguel Ángel Sebastián, experto en filosofía de la mente, presenta el estado en que se encuentra en la actualidad el debate acerca de la naturaleza de la consciencia y, al tiempo, ofrece algunas herramientas para entenderlo. Busca así proporcionar una introducción, sistemática y crítica, al problema de las relaciones mente-cuerpo en la discusión contemporánea.

La reflexión sobre la realidad corpóreo-espiritual del ser humano ha estado presente en el ámbito filosófico desde los orígenes, aunque la formulación haya variado en las distintas épocas. Pero ¿cuál es el problema de fondo? Responder a este interrogante requiere aclarar previamente qué se entiende por consciencia.

Las experiencias conscientes nos resultan familiares desde el punto de vista de la primera persona. Sin embargo, cuando se intentan objetivar se transforman en algo difícil de captar. En una primera aproximación, se suele decir que la experiencia consciente está compuesta de un contenido objetivo (cierta creencia, deseo, pensamiento, emoción, etc.) y de otro subjetivo, que hace referencia a quien lo experimenta. De hecho, al tener una experiencia, el sujeto no solo se percata del mundo, sino de la relación que tiene con él. Esta cuestión se convierte en problemática cuando se afronta dentro de un paradigma materialista, que es el predominante en la ciencia y la filosofía de matriz analítica, a la que el autor no oculta que pertenece.

La dificultad estriba en explicar cómo es posible que una cierta organización material dé lugar a experiencias como las que tenemos cuando sufrimos un dolor u olemos un café. Es claro que, por mucho conocimiento científico que se acumule sobre los mecanismos neurológicos y neuroquímicos, hay un aspecto de esas experiencias conscientes al que solo accedemos en primera persona, cuando las experimentamos. En consecuencia, parece que no es posible inferir hechos fenoménicos a partir de hechos físicos. Esta aparente desconexión entre lo físico y lo fenoménico, entre lo objetivo y subjetivo, es denominada brecha explicativa. Algunos autores la abordan negando la posibilidad de estudiar la consciencia, que escaparía a nuestras capacidades cognitivas. Otros presentan teorías para abordar el dilema. Entre ellas, Sebastián destaca el dualismo, el pansiquismo y el materialismo monista, lo cual ya supone una toma de postura clara.

Los dualismos sostienen que las propiedades fenoménicas no supervienen metafísicamente (por naturaleza y a priori) en las físicas. Por ello, es preciso explicar su relación, aunque de acuerdo el autor las propuestas no son satisfactorias. El pansiquismo cae en el extremo de reducir todo a la consciencia, sosteniendo que las entidades más fundamentales del mundo tienen una mente. Sebastián rechaza esta posición después de un análisis lógico y lingüístico. En el extremo opuesto, se encuentra el materialismo, según el cual todo lo existente es físico. Esta es la postura que menos inconvenientes presenta a su juicio.

Aunque resulta discutible la postura materialista, el ensayo proporciona una presentación del debate actual en el ámbito de la filosofía analítica de la mente, que conviene tener en cuenta debido a la influencia y preponderancia de la misma. Cierto es que su lectura a veces puede ser ardua, por el recurso constante a la lógica formal, a los experimentos mentales y al análisis lingüístico, y el planteamiento algo estrecho, sin que se concluya una respuesta satisfactoria, pero el panorama que presenta es bastante completo.

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