Damien es un artista bipolar con una familia muy unida, empeñada en mantener la estabilidad en el hogar. Joachim Lafosse (Después de nosotros, Perder la razón) vuelve a las desgracias familiares retratadas con verismo y contención. Con un estilo visual muy cercano y aparentemente descuidado, la cámara va fijándose en los detalles que reflejan un drama conmovedor y tremendo en su cotidianeidad.
Como es habitual en la obra del cineasta belga, las relaciones familiares tienen una combinación de amor y tensión, de insatisfacción y ternura, pero con una descripción sensible y humanizada que permite al espectador observar con libertad desde diferentes ópticas.
Los tres actores están espléndidos al expresar cómo las personas que se aman perciben de una manera peculiar cada gesto, mirada o palabra. No es de extrañar la excelente recepción que la película tuvo en los festivales de Cannes y San Sebastián. Lafosse confirma en su mejor producción que es uno de los grandes autores del cine europeo.