Planeta. Barcelona (2006). 447 págs. 21 €.
Sigue la plaga de novelas históricas ambientadas en una Edad Media de cartón-piedra. Ahora le ha tocado a la primera novela de Claudia Casanova. La hija (bellísima, por supuesto) de un señor feudal hosco y duro, está triste porque ha perdido a su prometido en la Cruzadas. Su coraje interior, sin embargo, le lleva a emprender un viaje hacia oriente que se presenta lleno de peligros y aventuras. La travesía le servirá para buscar a su prometido y huir de un pretendiente viejo y cascarrabias impuesto por su padre. La dama luchará contra todos aquellos hombres que entorpezcan su cometido. Todo ello en pro de un curioso feminismo.
En esta típica novela de amor y aventuras hay personajes para todos los gustos, recreaciones de castillos y monasterios y demás ingredientes medievales. Pero la novela cae en tópicos ya muy manidos: la Edad Media como época misógina por antonomasia en la que los hombres se dedicaban a comer y cazar, y la Iglesia atesoraba riquezas y lujos. Curiosamente, la autora manipula las inquietudes religiosas de los personajes, que tienen ante lo sobrenatural actitudes más propias de los antihéroes de las novelas desencantadas del siglo XX.
José María Fernández Fuentes