El inicio de este libro es fascinante: partiendo de que la filosofía nace del asombro, se pretende hacer una historia de la filosofía arrancando siempre de ese sentimiento. Pero, conforme avanza el libro, el enfoque del asombro no aparece de forma explícita, quizá porque se trataba de una idea un poco forzada. O, mejor, una buena idea para la introducción, pero poco viable para verlo todo a través de ella. Por ejemplo, no es el asombro sino la suficiencia, cuando no la megalomanía, lo que está detrás de filosofías como la de Hegel o la de quien invierte a Hegel en sentido materialista, Marx. No es asombro sino un deseo de limitar y de cercenar lo que está en la filosofía de Hume y, en general, de positivistas y filósofos del lenguaje.
Lo qu…
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