Con frecuencia es más pertinente, para describir algo, indicar lo que no es y, después, explicar mejor qué es. En este sentido, podemos decir que Historia mundial de España no es una historia universal quintaesenciada, al estilo de las antiguas síntesis enciclopédicas, ni un viaje por nuestro devenir común en blanco y negro, con tintes maniqueos. Tampoco constituye un relato renovado o actualizado de las hazañas y desgracias nacionales, ni una historia teleológica escrita desde el presente, como si fuera la época en la que culminara nuestro pasado.
Se trata de una historia de las Españas, es decir, de los territorios hispanos, entendidos en un sentido amplio, escrita desde una perspectiva que tiene en cuenta la influencia recíproca con su entorno. Aspira a ser una presentación fotográfica, divulgativa y amena, con frecuentes destellos de sana provocación, de episodios sucedidos en fechas concretas y significativas, aunque a simple vista puedan parecer prosaicas. Por ejemplo, el lector presencia el sepelio de la Dama de Baza, asiste a la primera acuñación de moneda por el rey suevo Requiario, conoce el papel de Urraca en el reino de León y el de Petronila en la Corona de Aragón, así como cuál era la tasa del pan en 1509 y sus consecuencias, o cuándo se introdujo el calendario gregoriano. También se le dan a conocer las festividades barrocas, las rebeliones de los esclavos cubanos en 1812, el nacimiento de la peseta, el del estraperlo en los años treinta del siglo pasado o la relación entre la selección española de fútbol y la identidad nacional, junto con otros acontecimientos.
Es una historia expuesta de manera poliédrica, sugerente para el lector, y redactada por 111 autores de diez países diferentes, en la que se ha “deconstruido” tanto el espacio como el tiempo: el espacio, en la medida en que estudia las posesiones y comunidades vinculadas a España en Europa, América, Asia y África; el tiempo, porque aunque el término España es más reciente, se considera españoles a los habitantes de la península desde los remotos tiempos del Homo antecessor hasta la actualidad.
El precedente histórico de la actual nacionalidad española data de finales del reinado de Felipe II: la referencia a “los naturales de mis reinos” es la primera definición legal y política de los españoles, como miembros de una misma comunidad, a la que se pertenece por dos vínculos básicos: la lealtad al rey y a sus representantes, y la religión. Más adelante, las Cortes de Cádiz equiparan legalmente, como españoles y ciudadanos, a los habitantes de las posesiones de ultramar.
A lo largo de los doce capítulos, queda claro que las Españas no son una excepción, respecto a otras comunidades humanas. Su historia está llena de matices, con una amplia gama de grises, y aúna avance y progreso; intransigencia y persecución; heroísmo y corrupción; diálogo y desencuentro; espiritualidad y codicia.