Nigeria se paraliza por falta de combustible

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Lagos. Nigeria, que ocupa el sexto puesto mundial entre los países productores de petróleo, sufre escasez de combustible desde hace tres meses. La vida económica y social se ha resentido hasta llegar a situaciones de emergencia. Algunas de las causas de la crisis son la mala gestión de las refinerías y el contrabando de petróleo.

Nigeria tiene cuatro refinerías capaces de abastecer a todo el país y además exportar; pero están produciendo no más del 60% de lo que pueden. La corporación nacional que las gestiona atribuye la situación a que la maquinaria está anticuada, y culpa al gobierno de no destinar fondos suficientes para la necesaria reconversión. El ministro de Finanzas responde que la corporación y su máximo responsable, el ministro de Petróleo, no han dado cuentas claras de los 2.000 millones de dólares transferidos los tres últimos años para renovar las refinerías.

Casi todas las gasolineras han agotado sus provisiones, y ante las pocas que todavía tienen se forman colas interminables de automóviles. La gente va andando al trabajo; algunos caminan hasta 30 kilómetros diarios. Y muchos funcionarios que no pueden llegar a pie al trabajo, se quedan en casa. Se han perdido millones de horas de trabajo. Ha subido el precio de los alimentos, especialmente en ciudades como Lagos, que dependen de los suministros traídos por carretera. Los costes de transporte se han triplicado y el consumidor paga el doble. La crisis ha provocado también muertes y robos. Muchas casas particulares que habían acumulado combustible para resistir la carestía, han sucumbido por incendios.

En la escasez florece el mercado negro. Buena parte de la producción se exporta ilegalmente a Níger y a otros países vecinos. Los contrabandistas son funcionarios del gobierno, hombres de negocios y, cómo no, miembros de las fuerzas de seguridad, que aseguran el camino de salida.

Los que sufren la crisis son los ciudadanos de a pie. El gobierno militar del general Abacha no ha hecho nada por arreglar la situación hasta finales de junio, cuando decretó la compra urgente de 120 millones de toneladas de gasolina y gasóleo. Las pérdidas para el gobierno serán abultadas, pues el combustible se compra al precio internacional y se vende en el país al precio nacional.

Antes de la compra urgente de combustible decretada por el gobierno, una empresa petrolera india ofreció ayuda a Nigeria para renovar sus refinerías. También se ha propuesto privatizar las refinerías nigerianas. Pero, según un alto cargo del gobierno, «vender supondría hipotecar el futuro y poner nuestro destino en manos extranjeras».

Una de las figuras más importantes de la oposición al gobierno militar nigeriano, el premio Nobel de literatura Wole Soyinka, ha advertido que si no se supera pronto esta situación crítica, los partidarios de la «lucha armada» podrían controlar la oposición con la intención de «restablecer la democracia en Nigeria».

Eugene Agboifo Ohu

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