Líbano: La presencia cristiana se afianza

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Líbano cuenta desde el pasado sábado con un nuevo primer ministro, Tammam Salam, que ha obtenido el apoyo casi unánime del Parlamento (124 de 128 diputados). Se colma así el vacío de poder creado tras la demisión, hace dos semanas, del primer ministro (musulmán sunita) Najib Mikati, por sus divergencias con el partido Hezbolá (chiíta) sobre la organización de las elecciones legislativas previstas para junio.

Salam es heredero de una conocida familia política –su padre fue seis veces primer ministro entre 1952 y 1973– y es un diputado independiente, que no pertenece a ningún campo en particular. Se le considera un político moderado, cuya primera y no fácil tarea será formar gobierno, para después lograr un consenso sobre una nueva ley electoral.

Será una tarea realmente delicada en un país cuyos órganos de gobierno se basan en un estricto orden confesional.

Se estima que actualmente los cristianos son alrededor del 34% del total de la población residente

En la Constitución de 1943, año de la independencia libanesa, el poder político se dividió entre los tres principales grupos confesionales, en proporción al tamaño de su población en el censo de 1932. La ley vigente impone que la Jefatura del Estado sea ocupada por un cristiano maronita, que el primer ministro sea musulmán suní y el presidente del Parlamento, un chií. Las elecciones parlamentarias se siguen haciendo sobre una base confesional. Para las circunscripciones electorales se alcanzó un acuerdo en 2008 que intenta reflejar más fielmente el peso de los distintos grupos confesionales.

Estadísticas con implicaciones políticas
Las estadísticas de población en el Líbano son un asunto delicado por sus implicaciones políticas. Líbano es el único miembro de las Naciones Unidas que no ha llevado a cabo un censo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El último tuvo lugar en 1932, cuando Francia era el poder colonial gobernante.

Como entonces los cristianos constituían el 54% de la población, los escaños parlamentarios y puestos de trabajo en la administración pública se asignaron en una proporción de 6:5 respecto a cristianos y musulmanes.

En el periodo 1971-2004 se produce una caída de la natalidad más pronunciada entre los musulmanes

Tras la guerra de 1975, en 1990 se firmó un acuerdo de paz. El gobierno tenía que reflejar las nuevas realidades políticas y demográficas. Aunque no había cifras, se presumía que la presencia cristiana había disminuido. Se acordó que la proporción de diputados en el parlamento y de funcionarios públicos deberían ajustarse a una relación paritaria entre cristianos y musulmanes. Y ahí es donde está hoy.

A falta de censo oficial, estimaciones como la que ofrece el World Factbook dan una población total de 4,13 millones de personas, de las que el 59,7% serían musulmanes y el 39% cristianos. El crecimiento demográfico es negativo (-0.38%), debido a la emigración.

La proporción de cristianos puede aumentar
Una encuesta realizada en enero de 2013 en el Líbano, muestra que dos tercios de los cristianos libaneses consideran que la pervivencia de sus comunidades está amenazada a largo plazo. Piensan que muchos de sus compañeros cristianos están emigrando.

Sin embargo, un nuevo Informe sobre la demografía en el Líbano, elaborado por el Centro de Información libanés (LIC), y cuyo autor principal es el Dr. Wissam Raji, presenta una realidad distinta.

Tres son los puntos más importantes de este informe:

1–Desde el inicio de la guerra del Líbano en 1975 hasta mediados 1984, la emigración fue mucho más alta entre la población cristiana (78%) que en la musulmana (22%). La situación se invierte en el periodo 1984 – 2011. Cerca del 60% de los 700.000 libaneses que dejaron el país desde 1992 eran musulmanes. Como resultado de este cambio, en la emigración total desde 1975 hasta 2011, el 46% corresponde a cristianos y el 54% a musulmanes.

2–Las tasas de fecundidad entre las comunidades cristianas y musulmanas en el Líbano han bajado ostensiblemente en el período 1971-2004. La disminución es mayor entre los musulmanes (de 5,44 a 1,82) que entre los cristianos (de 3,56 a 1,53).

El descenso se debe a tres factores, según el estudio: la inestabilidad, la educación y la secularización. La guerra provocó una caída de la fecundidad. Por otra parte, a medida que hubo más oportunidades de promoción de estudios y trabajo para las mujeres, éstas se casaron más tarde y tuvieron menos hijos. La creciente secularización de la sociedad libanesa se traduce en que los cristianos y los musulmanes han prestado menos atención a las exhortaciones de sus líderes religiosos para que tuvieran familias más grandes.

3–Se estima que actualmente los cristianos son alrededor del 34% del total de la población residente, y constituye el 38% de los votantes en las elecciones. Frente a la percepción popular ya citada, este nuevo informe traza una proyección demográfica hasta 2045, con las constantes actuales. Para ese año la población cristiana sería el 39% del total, el 41% del censo electoral.

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