La izquierda joven norteamericana tiene otra idea de la igualdad

publicado
DURACIÓN LECTURA: 4min.

A diferencia de los votantes tradicionales del Partido Demócrata, que siguen defendiendo los programas de protección social y las medidas de discriminación positiva, las nuevas generaciones de la izquierda norteamericana están menos interesadas en el Estado providencia que sus predecesores. Pero comparten con ellos el permisivismo en cuestiones morales.

Para evitar encasillar a la gente en la dicotomía republicanos-demócratas, el Pew Research Center ha creado una tipología de ocho posturas políticas a partir de una encuesta a más de 10.000 estadounidenses realizada el pasado junio.

Llama la atención las grandes diferencias que hay entre los que el Pew llama “progresistas firmes”, votantes tradicionales del Partido Demócrata, y la que califica como “siguiente generación de la izquierda”, cuya edad media está en 41 años (un tercio tiene menos de 30 años); también ellos simpatizan con el partido del burro, pero se distancian de él en algunas cuestiones económicas.

Poco entusiasmo por el Estado providencia
Ambos grupos apoyan, con niveles de aceptación parecidos, la legalización de la marihuana, el matrimonio gay y el aborto. También están a favor de la intervención del Estado en la economía, pero los jóvenes son más críticos con sus actuales niveles de protección.

No deja de ser curioso que en una época en que el capitalismo americano es más criticado por la desigualdad económica que ha creado, la nueva generación de izquierda sea menos partidaria de la intervención estatal para la redistribución de la renta.

De entrada, no comparten el entusiasmo por los programas federales de ayuda a los pobres: el 56% de la “siguiente generación de la izquierda” dice que el gobierno no puede permitirse dar más ayudas, mientras que el 83% de los “progresistas firmes” piensan que debería aumentarlas aunque eso aumente el déficit público.

Su idea del mérito también es diferente: el 77% de los más jóvenes creen que la mayoría de la gente puede progresar en la escala social si está dispuesta a trabajar duro, mientras que el 67% de los demócratas tradicionales piensan que esto no garantiza el éxito.

No sería extraño que el viejo intervencionismo del Estado en materia económica diera paso a otro nuevo en materia de costumbres

En la misma línea, el 68% de los más jóvenes creen que los negros son responsables de su situación de pobreza en la mayoría de los casos, y el 67% creen que EE.UU. ya ha hecho suficiente para garantizar la igualdad entre negros y blancos. En cambio, el 80% de los demócratas tradicionales atribuyen la pobreza de los negros a la discriminación racial, y el 91% piensan que EE.UU. todavía necesita corregir esta desventaja.

Los más jóvenes son menos críticos con el statu quo: el 36% dice que el actual sistema económico es justo frente al 9% de los demócratas tradicionales que afirman lo mismo. También tienen una imagen más positiva del mercado financiero: el 56% cree que Wall Street beneficia a la economía antes que perjudicarla, frente al 36% de los demócratas tradicionales que piensan eso.

Cambiar un intervencionismo por otro
Para Russell R. Reno, director de la revista First Things, este cambio de actitud hacia el papel del Estado y los valores igualitarios tiene que ver con la educación que han recibido muchos de estos jóvenes: puede que las universidades de élite a las que han asistido hayan intentado inculcarles el igualitarismo, pero la experiencia de esta generación es que para llegar a donde han llegado han tenido que dejar bien claros sus méritos.

Esta lucha por demostrar los méritos propios, dice Reno, ha marcado la vida de la “siguiente generación de la izquierda” (y también la de los jóvenes de derecha), hasta el punto de que “el consenso del New Deal y su ética de la solidaridad económica están siendo sustituidos por una visión meritocrática que interpreta las desigualdades como resultado del talento, el esfuerzo y los logros académicos antes que como injusticias del sistema”.

Tienen una visión meritocrática que interpreta las desigualdades como resultado del talento y del esfuerzo antes que como injusticias del sistema

La previsión de Reno es que, a medida que los jóvenes de esta generación vayan llegando a los puestos influyentes de la sociedad, irán cambiando los intereses del progresismo norteamericano. Seguirá creyendo en el papel del Estado. Pero, de acuerdo con su idea de la justicia (entendida como recompensa del mérito antes que como igualdad o solidaridad), “se preocuparán de que el gobierno gestione y mejore nuestro sistema de libre iniciativa en lugar de que lo transforme” para remediar las desigualdades.

Pero dadas las preocupaciones de esta nueva izquierda, “más agitada por la existencia de una supuesta moral opresiva que por el mal funcionamiento del sistema económico y social”, no sería extraño que el viejo intervencionismo del Estado en materia económica diera paso a otro nuevo en materia de costumbres.

Lo que dice Reno podría ilustrarse con numerosos episodios de la política estadounidense, que revelan el afán de unos por silenciar a quienes defienden una opinión distinta de las consideradas aceptables en ambientes progresistas (cfr. Aceprensa, 16-07-2014 y 5-03-2014).

De ahí que, paradójicamente, los jóvenes progresistas que ahora reclaman “menos Estado” acaben apoyando en el futuro “la intervención del Estado para ‘reeducar’ a todos aquellos que discrepan con ellos”.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.