Más que estereotipos sexistas, inclinaciones diferentes

publicado
DURACIÓN LECTURA: 7min.


Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 22/15

Las sucesivas pruebas PISA han ido confirmando que las chicas obtienen mejores resultados en la prueba de lectura y los chicos en la de matemáticas. En concreto, en la última edición (2012), la diferencia era de 40 y 11 puntos respectivamente.

El informe The ABC of Gender Inequality in Education, publicado recientemente por la OCDE, aporta un análisis detallado de la situación. En matemáticas, no es solo que los chicos saquen mejor puntuación media, sino que además la diferencia por sexo aumenta entre los estudiantes que obtuvieron mejores notas en esta materia (nivel 5 o más), un grupo en el que ellos son amplia mayoría. Además, si se tiene en cuenta que las chicas decían dedicar a los deberes una hora más a la semana que sus compañeros, y que según la OCDE esto supone un aumento en la destreza matemática equivalente a cuatro puntos en el examen PISA, la diferencia a favor de los varones sería aún mayor. En la prueba de Ciencias no hay apenas brecha en los resultados medios, pero sí entre los alumnos con mejores resultados: los chicos son más y obtienen notas significativamente más altas.

La otra cara de la moneda es la lectura. La diferencia en la puntuación media a favor de las chicas es aquí equivalente a todo un curso. Ellas son más en los niveles superiores de destreza y menos en los inferiores (solo un 12% frente al 22% de los chicos). Con todo, un dato que no se escucha con tanta frecuencia es que la proporción de chicas con rendimiento muy bueno es igual para las pruebas de matemáticas y lectura.

“Las chicas en colegios separados por sexo obtienen mejores resultados en matemáticas y son más proclives a asumir riesgos en sus tareas escolares”

Estereotipos culturales

Muchas veces se atribuye esta brecha por sexo a los estereotipos culturales, que influirían tanto en el comportamiento de los propios estudiantes como en las expectativas de padres y profesores. A este respecto, la última entrega de PISA incluía en diez regiones un cuestionario que tenían que rellenar los padres en casa. En él se les preguntaba por los estudios y la profesión que pensaban que elegirían sus hijos. Entre los padres de alumnos varones, un 40% veía a su hijo en uno de los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés); entre los de alumnas, solo un 16%.

La explicación feminista al uso es que esto se debe en gran parte a un estereotipo sexista, o a la falta de modelos femeninos en las profesiones científicas. Sin embargo, los datos constatan que la diferencia de resultados entre niños y niñas es aún mayor en los hogares donde la madre trabaja en el campo STEM. Las hijas de estas mujeres obtienen mejores puntuaciones que sus compañeras, pero sus hermanos se benefician aún más. Por otro lado, resulta lógico que los padres vean poco probable que sus hijas acaben estudiando o trabajando en este sector si de media obtienen peores resultados que los chicos.

Otra explicación se centra en la poca confianza en sí mismas de las chicas con respecto a las matemáticas. El informe de la OCDE explica que entre los estudiantes con resultados altos en la prueba de matemáticas y con un nivel de confianza similar, no hay diferencia de puntuación por sexo. Algo parecido pasa con los chicos y la lectura: la brecha por sexo se reduce a algo menos de la mitad entre los alumnos que muestran un nivel similar de interés por leer.

Sin embargo, estos datos no resultan muy significativos. En el caso de las matemáticas, seleccionar el segmento de las alumnas con muy buenos resultados y confiadas en sus capacidades ya deja fuera a la gran mayoría de las chicas. Esto lleva a la pregunta fundamental: ¿por qué los números atraen a tan pocas chicas y la lectura a tan pocos chicos?

El análisis de los gustos y las preferencias de los propios alumnos es mucho más revelador que las teorías sociológicas sobre los estereotipos culturales

Gustos diferentes

El análisis de los gustos y las preferencias de los propios alumnos es mucho más revelador que las teorías sociológicas sobre los estereotipos culturales. Por ejemplo, en cuanto a la lectura, la diferencia entre las chicas y los chicos que decían leer por gusto de forma habitual era de 20 puntos (75% frente a 55%). Lo contrario pasa con los videojuegos. Un 20% de los chicos que realizaron la encuesta decía jugar todos los días online (algo que según el informe perjudica el rendimiento académico), por solo un 2% de las chicas.

Sus preferencias profesionales también son distintas desde bien jóvenes. Solo la medicina y la arquitectura aparecían entre las profesiones más citadas tanto por chicos como por chicas. Fuera de eso, ellos quieren dedicarse al deporte, la mecánica de vehículos, la policía, las ingenierías, la programación y la cocina (llama la atención que en muchos de los países con mejores resultados globales en PISA –Holanda, Finlandia, Corea, Suiza, Nueva Zelanda– los chicos que quieren estudiar ingenierías o informática son un porcentaje menor que en otros países). Por su parte, las chicas optan por el mundo de la belleza, el derecho, la psicología, el periodismo, la literatura y la enseñanza.

El estudio PIAAC (el PISA para adultos) muestra que las preferencias y expectativas de los jóvenes se corresponden bastante con lo que han estudiado las generaciones anteriores. Casi la mitad de los hombres encuestados se había graduado en algo relacionado con la ingeniería, la construcción, las matemáticas o la informática, por solo un 14% de las mujeres. En cambio, muchas más de ellas habían realizado estudios de salud y bienestar (15% contra 4%), educación (9% contra 3%), ciencias sociales (23% contra 15%) o humanidades y arte (11% contra 5%).

Lo que ocurre después de la educación

La diferencia entre hombres y mujeres no se queda en la escuela, aunque algunas de sus manifestaciones cambian en la etapa adulta. Un ejemplo es la destreza lectora: a pesar de que en la prueba PISA las chicas adelantan a los chicos en el equivalente a un curso escolar, entre los jóvenes de 16 a 29 años que participaron en PIAAC la diferencia no es significativa; de hecho, en varios países –España entre ellos– los varones obtienen mejor puntuación. Esto puede estar relacionado con los hábitos lectores. Según el PIAAC, los hombres adultos leen más que las mujeres tanto en casa como en el trabajo, aunque lo que se observa también es un distinto tipo de lecturas.

Se mantiene el predominio masculino en matemáticas y el femenino en lectura

En cambio, en matemáticas la diferencia (a favor de los hombres) se mantiene. Incluso entre los trabajadores del campo STEM, los varones obtienen mejores resultados. España es uno de los países donde esta brecha es mayor.

Educación diferenciada

En la conferencia de presentación del informe en España, una periodista preguntó a Monserrat Gomedio, secretaria de estado de Educación, si el modelo de enseñanza diferenciada podría contribuir a acortar la brecha por sexo. Gomedio contestó que “no hay evidencia científica en este sentido”. De todos modos, el informe reconoce que “las chicas en colegios separados por sexo obtienen mejores resultados en matemáticas y son más proclives a asumir riesgos en sus tareas escolares”.

Como explica María Calvo –presidenta en España de la European Association of Single Sex Education (EASSE) y profesora universitaria– en un artículo para El Confidencial, sí existen varios estudios que sugiere un impacto positivo de este modelo educativo, especialmente entre las chicas. En concreto, Calvo se refiere a “las investigaciones rigurosas y objetivas que señalan que los niños y niñas que han ido a colegios diferenciados tienden en mayor medida a inclinarse por estudios y asignaturas que tradicionalmente han pertenecido al sexo opuesto, y se hallan menos influenciados por los roles típicos tradicionales”

Por otro lado, la OCDE también señala repetidas veces que la motivación y la forma de estar en las aulas de los chicos y las chicas no es la misma, por lo que no parece ilógico que haya quien proponga crear ambientes específicamente diseñados para aprovechar esas diferencias.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.