Los futbolistas están de huelga en España. No piensan jugar los partidos correspondientes a las dos primeras jornadas de Liga. A su vez, la semana pasada, más de 700 farmacias de Castilla-La Mancha quedaron cerradas, también por huelga. Los ingresos habituales de un futbolista o de un boticario superan con holgura la media. Visto así, en un país con una tasa de paro que supera el 20%, resulta chocante que “los ricos” se declaren en huelga. Pero, en ambos casos, el argumento esgrimido para interrumpir el trabajo no es otro que la falta de cobros. Suena razonable: no les pagan.
Por una parte, 200 jugadores de Primera y Segunda División –no hablamos de Cristiano Ronaldo ni Leo Messi– se quejan de que sus clubes les adeudan unos 50 millones de euros. Sale a 250.000 euros por jugador, lo que supone el sueldo de un mileurista durante casi 21 años. Por su parte, los farmacéuticos de Castilla-La Mancha afirman que el gobierno autonómico aún no les ha pagado 125 millones de euros en concepto de recetas. En este caso, a cada farmacia le corresponderían más de 98.000 euros por término medio.
Para los farmacéuticos, el problema resulta bastante delicado. Como la Seguridad Social subvenciona gran parte del coste de los medicamentos con receta, se despachan por debajo de su precio de mercado. Sólo después, cuando la Seguridad Social ajusta cuentas con la farmacia, la venta del producto sale rentable para el boticario. Sin embargo, las comunidades autónomas tienden a pagar con gran retraso, e incluso existen dudas de que alguna pueda abonar todo lo que debe. Los responsables de los gobiernos regionales aseguran que apenas queda dinero en sus arcas, lo que podría acarrear una quiebra en el Sistema Nacional de Salud. Esta bancarrota se llevaría por delante a las farmacias.
A partir de aquí, muchos comentaristas retoman el debate sobre los gastos del Estado. ¿Resulta sostenible el actual modelo sanitario? Según datos del Ministerio de Sanidad, el gasto estatal en medicamentos con receta ha pasado de 8.941 millones de euros en 2003 a 12.200 millones en 2010. Durante 2003 se facturaron más de 700 millones de recetas, lo que equivale a una receta y media al mes por persona. En 2010 la cobertura pública se amplió hasta cerca de los 960 millones de recetas (casi dos recetas por persona y mes). En cifras más concretas, en 2004 el gasto farmacéutico por habitante fue de 220 euros, y en 2009 rozó los 270 euros.
La liga de la deuda
Con respecto al fútbol, la situación muestra dolencias similares. El desencuentro entre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) amenaza, de hecho, toda la temporada. Si las dos primeras jornadas se suspenden por huelga, ¿en qué momento se podrán disputar? Casi no hay hueco entre el resto de jornadas, las competiciones europeas, Copa del Rey, encuentros de la selección, etc. El calendario viene muy apretado. Además, la LFP ha programado partidos a unas horas sólo aptas para ver el partido desde China. La LFP pretendía que Rayo Vallecano y Mallorca jugaran a las 12 del mediodía bajo el sol madrileño de agosto.
La etiología describe un torneo de cartón piedra; no ya porque el título de Liga está sólo al alcance del Barcelona y el Real Madrid, sino porque siete equipos de Primera se han acogido al “concurso de acreedores” y se hallan intervenidos judicialmente, lo cual les permite renegociar sus deudas. Esto no ha impedido a uno de estos clubes gastarse casi 9 millones de euros en contratar a un nuevo jugador; para algo hay fondos de inversión. Sin incluir al Madrid ni al Barcelona, los clubes españoles deben 2.900 millones de euros.
Como recuerda Luis Ventoso en ABC (16-08-2011), el Estado lleva desde 1985 cambiando las leyes para ayudar a los clubes de fútbol, con el objetivo de que puedan sanear sus balances. Ya se sabe: the show must go on. De este modo, primero les dio mayor participación en las quinielas. Luego les permitió convertirse en empresas sui generis (sociedades anónimas deportivas). Pero el resultado de cada mejora legislativa no ha sido otro que ampliar el margen de maniobra a gestores manirrotos.
El agujero en la red
Los aficionados animan a los dueños de sus clubes, para que sigan dando hilo a la cometa, a pesar de la tormenta financiera que asuela el país. En este sector se compra y se vende la Luna, aunque no se tenga dinero ni para pagar un taxi. Por eso, en Málaga están felices con el nuevo propietario del club, un jeque la mar de rumboso, pródigo en fichajes de “estrellas”. En cada traspaso, siempre hay un representante o un directivo que, de una u otra forma, saca algo de dinero. El remate final corresponde a las compañías de televisión y telecomunicaciones, que siguen anunciando como producto estrella “Liga y Champions”. Pero, tras revisar los números de Mediapro y el Grupo Prisa, el agujero en la red del deporte rey parece abismal.
La suma de televisiones, publicidad, camisetas y taquilla no da para pagar los 2.900 millones, ni la dinámica de este mercado, basado en la deuda como forma de vida. ¿Qué va a suceder? Lo más probable es que no se baje el telón, ni tampoco que se impongan soluciones tajantes. La LFP, la UEFA y el Gobierno pretenden cambiar las reglas, para marcar un techo al gasto de los clubes, y dejarlo siempre en relación con los ingresos. Aunque existe una jugada más fácil, la de siempre: borrón y cuenta nueva a cargo de los contribuyentes.