Filipinas: aprobado un proyecto a favor del control de la población

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A falta de que el Senado apruebe su versión correspondiente, el 12 de diciembre el Congreso filipino aprobó en segunda lectura el proyecto de ley de salud reproductiva. La iniciativa pretende implantar medidas de control de la natalidad –sobre todo entre familias pobres– como facilitar el acceso a métodos modernos de contracepción y la esterilización.

El proyecto de ley sobre salud reproductiva, conocido popularmente como RH Bill (“Reproductive Health Bill”), lleva años coleando en la vida política de Filipinas. La versión discutida hasta hace poco presentaba tres puntos especialmente polémicos: 1) la provisión de servicios de salud reproductiva orientados a la planificación familiar (incluidos métodos anticonceptivos con posibles efectos abortivos); 2) un programa de control de la natalidad que premiaba con incentivos a la familias con no más de dos hijos y 3) un programa de educación sexual obligatoria en todas las escuelas públicas y privadas, para alumnos de 10 a 17 años (cfr. Aceprensa, 18-01-2006).

El proyecto establece la provisión de servicios de salud reproductiva orientados a la planificación familiar

Un proyecto rebajado, pero antinatalista

Esta versión del proyecto fue retocada por última vez en octubre, cuando se introdujeron cambios para limar algunos de los puntos más controvertidos de la ley. Los contrarios al RH Bill valoran positivamente que la nueva versión del proyecto prohíba los servicios, métodos y dispositivos de salud reproductiva que impiden la implantación de un óvulo fecundado (cfr. artículo 2). Sin embargo, dicen, buena parte de la ley sigue promoviendo las medidas antinatalistas de las primeras versiones.

El proyecto aprobado el 12 de diciembre por el Congreso mantiene el programa de educación sexual obligatoria en todas las escuelas públicas y privadas, pero ahora permite que los padres autoricen a sus hijos a no asistir a estas clases. Ahora bien: esta “válvula de escape” queda desautorizada por la exigencia prevista en la propia ley de impartir la educación sexual en “todas las asignaturas relevantes” del plan de estudios (cfr. artículo 16).

El nuevo texto suprime los incentivos a las familias de dos hijos que sí establecía en versiones anteriores y habla, en cambio, de “ayudar a las parejas y padres a alcanzar el tamaño familiar que deseen” (cfr. artículo 4). Pero, dando por supuesto que el tamaño ha de ser pequeño, el proyecto facilita el acceso a los métodos anticonceptivos, incluida su cobertura gratuita para las familias pobres (cfr. artículo 7).

El proyecto se basa en el prejuicio antinatalista de que el crecimiento de la población perjudica el desarrollo económico

Particularmente problemáticas resultan las disposiciones relativas a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios. Se reconoce el derecho a objetar por motivos éticos o religiosos, aunque en esos casos el objetor habrá de remitir al paciente a otro colega que sí esté dispuesto a prestar esos servicios (cfr. artículo 28).

Asimismo, el proyecto de ley criminaliza a los proveedores que oculten información sobre los métodos de planificación familiar previstos por la ley (cfr. artículo 28), y a “cualquier persona que se implique maliciosamente en desinformar sobre la intencionalidad o las disposiciones de la ley” (cfr. artículo 28).

¿Población y pobreza?

A impulsar el voto a favor del RH Bill ha contribuido la cumbre de planificación familiar celebrada en Manila el pasado 15 de noviembre. Organizada por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) con el apoyo de la Embajada Británica en Manila, esta cumbre da continuidad a la que tuvo lugar en julio de este año en Londres (cfr. Aceprensa, 25-07-2012). También contó con el respaldo de organizaciones empresariales como la Cámara Filipina de Comercio e Industria, la Patronal de Empresarios Filipinos o el Makati Business Club.

El gobierno de Benigno Aquino ha presentado el RH Bill como una iniciativa que forma parte de una estrategia más amplia por reducir la pobreza e impulsar la economía del país. Pero hay economistas que discrepan de este enfoque. En el fondo, dice el economista Bernardo Villegas en Inquirer, el proyecto se basa en el prejuicio antinatalista de que el crecimiento de la población perjudica a la economía.

Pero Villegas hace ver cómo una población grande como la de Filipinas (104 millones de habitantes) puede jugar también a favor de su desarrollo económico. De hecho, la abundante mano de obra de trabajadores jóvenes es lo que ha llevado al segundo astillero más importante de Japón a instalarse en Filipinas, donde los trabajadores son de media la mitad de jóvenes que los japoneses.

“Aprobar el RH Bill –dice Villegas– equivaldría literalmente a matar a la gallina de los huevos de oro”. Recuerda los casos de China y Tailandia, donde las políticas antinatalistas han conducido a un rápido envejecimiento (cfr. Aceprensa, 20-04-2011). La experiencia de estos países muestra “la temeridad de los programas de control de la población, que siempre conducen al efecto no deseado de recortar la tasa de fecundidad hasta límites por debajo de lo normal y terminan por amenazar el crecimiento económico”.

Por otra parte, Villegas señala que Filipinas no necesita ningún programa de control de la población puesto que su tasa de fecundidad ya está cayendo rápidamente. En una generación, la tasa de fecundidad de las filipinas estará por debajo del nivel de reemplazo de la población (2,1 hijos por mujer). Hoy, gracias a su vasta población, Filipinas es uno de los pocos países cuyo Producto Interior Bruto sigue creciendo al 6% o más, debido a que sus empresas pueden vender a un amplio mercado doméstico aunque sus exportaciones caigan. En cambio, países con poblaciones pequeñas como Singapur, Taiwán y Honk Kong apenas tendrán crecimiento económico este año debido a su fuerte dependencia de las exportaciones.

Otro argumento de los promotores del RH Bill es que la distribución de preservativos contribuirá a frenar el sida. La realidad es que Filipinas tiene una de las tasas de prevalencia del VIH más bajas del mundo (menos del 0,1% en 2009). En comparación, la tasa de prevalencia del VIH de Tailandia, cuya población es 67 millones, está en 1,3%. El contraste indica que en la prevención del sida influyen otros factores, que hasta el momento han favorecido a Filipinas.

Población total de Filipinas: 103.775.002 habitantes

Población por edades:

0-14 años: 34,3%

15-64 años: 61,3%

65 y más años: 4,3%

Edad media: 23,1 años

Tasa de crecimiento de la población: 1,8%

Esperanza de vida al nacer: 71,94 años

Tasa de fecundidad: 3,15 hijos por mujer

Tasa de prevalencia del VIH: Menos del 0,1%

Fuente: CIA, The World Factbook, datos actualizados en 2012

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