Alerta sanitaria por gonorrea resistente a los antibióticos

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En España se registra un aumento preocupante de casos de gonorrea desde el año 2001

El pasado 6 de junio la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta sanitaria sobre la aparición de casos de gonococia resistente a antibióticos de primera línea en Australia, Japón, Noruega, Suecia, Francia y Reino Unido (1).

La gonococia (comúnmente gonorrea) es una infección de transmisión sexual (ITS), provocada por la bacteria Neisseria gonorrheae (comúnmente gonococo), que afecta a unos 110 millones de personas anualmente en todo el mundo, principalmente a jóvenes de 15 a 24 años, en proporción de dos mujeres por cada varón infectado.

Los síntomas clásicos de la gonorrea son la supuración uretral o vaginal, aunque se están detectando cada vez más casos de infección ano-rectal entre homosexuales. Si la infección no se diagnostica y trata a tiempo, el gonococo puede afectar a órganos del aparato reproductor y ser causa de infertilidad tanto en hombres como en mujeres, incluido mayor riesgo de embarazo ectópico. La enfermedad gonocócica en mujeres embarazadas puede provocar aborto, parto prematuro e infección ocular en el hijo, con riesgo de ceguera. Por otro lado, las personas que padecen una ITS, incluida la gonococia, están expuestas a mayor riesgo de adquirir otra ITS, como el virus del sida, chlamydia, sífilis, etc.

Hasta en una cuarta parte de los casos, la infección por gonococo es asintomática. Así, en Estados Unidos se estima que hay 700.000 casos anuales de gonorrea y solo se diagnostica la mitad. La transmisión del gonococo puede darse tanto en contactos genitales como orales, e independientemente de que se produzca una relación sexual completa. Esto explica que, según alertan los Centers for Disease Control and Prevention, de Estados Unidos, la manera más fiable de contener la expansión del gonococo y otras ITS sea la abstinencia sexual o las relaciones sexuales mutuamente monógamas entre personas sanas. Según este organismo, el uso correcto y habitual del preservativo reduce, pero no elimina, el riesgo de contraer gonorrea.

Promiscuidad
Aunque en algunos países occidentales, como Estados Unidos, las cifras anuales de gonococia se mantienen estables en los últimos años, en España se registra un aumento preocupante de casos de esta infección desde el año 2001 (ver gráfica). La insistencia de las autoridades sanitarias españolas en recurrir a campañas de prevención de ITS basadas exclusivamente en la promoción del preservativo puede en parte explicar estos preocupantes datos.

La facilidad del gonococo para hacerse resistente a los antibióticos es conocida. Primero fue la resistencia a las sulfamidas en los años 40 y a las penicilinas en los años 80 del siglo XX. Posteriormente se alertó sobre la frecuente ineficacia de tetraciclinas y macrólidos. Desde 2007 se desaconseja el uso de quinolonas contra la gonococia ante unas tasas de resistencia superiores al 25%. Solo la familia de las cefalosporinas queda ya como opción segura de tratamiento para la gonorrea. Por este motivo es muy preocupante constatar que la frecuencia de gonococo resistente a la cefalosporina oral cefixima ha pasado del 0,1% en 2006 al 1,6% en 2011 en la población general, y llega ya a más del 4% en homosexuales, según estudios realizados en Estados Unidos. Como primera medida ya se recomienda que la gonococia siempre se trate con cefalosporinas inyectadas a dosis altas, para al menos asegurar el cumplimiento del tratamiento.

Resistencia a los antibióticos
El gonococo se hace resistente a los antibióticos mediante la selección de mutaciones. De este modo la bacteria va “guardando memoria” de la resistencia a sucesivos tratamientos, e incluso las mutaciones frente a unos antibióticos favorecen la resistencia cruzada a otros diferentes, aunque el paciente nunca los haya recibido. Además se sabe que algunas de las mutaciones de resistencia hacen al gonococo más agresivo, lo que puede favorecer la transmisión o la gravedad de la enfermedad.

Dos son las razones fundamentales que explican el aumento de casos de gonococia multirresistente: el elevado número de infecciones y, derivado de ello, la necesidad de prescribir antibióticos. La toma irregular de la medicación es un factor importante que también facilita la aparición de resistencias.

Las medidas que se proponen para frenar la expansión del gonococo multirresistente (pruebas de despistaje en población en riesgo, incluidas las parejas sexuales del caso diagnosticado, y asegurar el tratamiento antibiótico correcto) es probable que resulten ineficaces si no se consigue reducir el número creciente de casos de gonococia, y de otras ITS. Otras propuestas como el desarrollo de nuevos antibióticos o de una vacuna contra el gonococo pueden tardar años en estar disponibles.

No deja de sorprender que por ahora se busque una solución al problema del gonococo multirresistente incidiendo en la causa que lo provoca, el uso indiscriminado de antibióticos. Todo indica que más eficaz sería controlar la epidemia de ITS que se está dando en la juventud occidental, para así tener que utilizar menos antibióticos.

Pablo Barreiro es médico
del Servicio de Enfermedades Infecciosas,
Hospital Carlos III, Madrid

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