La voluntad de aprender. Guía para la motivación en el aula

TÍTULO ORIGINALThe Will To Learn. A Guide for Motivating Young People

GÉNERO

Alianza. Madrid (2000). 308 págs. 2.900 ptas. Traducción: Celina González.

Covington, profesor de la Universidad de Berkeley, parte de la situación educativa en Estados Unidos, aplicable, en parte, a otros países del ámbito occidental. El análisis es breve pero acertado. Contra la opinión mayoritaria, Covington considera que el problema fundamental de los estudiantes no es la falta de motivación para el estudio, sino una motivación errónea. Razona que la valía personal no puede estar en función de los resultados escolares, y menos en un sistema competitivo. Ni siquiera la buena intención de preparar a los alumnos para una sociedad competitiva justifica tal planteamiento. En este sentido, es significativa la cita de Marie Hart: «Competir prepara para la vida. Pero, ¿para qué clase de vida?».

Cada uno de los nueve capítulos del libro va seguido de un resumen con las ideas principales y unas actividades para facilitar la comprensión. El lenguaje es denso y de lectura algo difícil; la bibliografía, a veces, se hace excesiva. No es un libro sencillo. A cambio, no le falta rigor: Covington se plantea casi todas las objeciones posibles a sus planteamientos.

El autor propone una motivación basada en el deseo de aprender y en la eficacia -también como motivación- de enseñar a pensar. A su juicio, mejorar la capacidad de pensar fomenta la voluntad de aprender, absolutamente necesaria en el nuevo siglo. Por tanto, no se trata de insistir en más de lo mismo, sino de cambiar las motivaciones del trabajo: «Un hombre libre se diferencia de un esclavo por los motivos para trabajar». Covington cree que la ética protestante del trabajo y el sistema de recompensas extrínsecas condiciona negativamente el sistema educativo norteamericano. Basa el sentido de la tarea educativa en la cooperación y no en la competición, si bien no niega algunas ventajas que tiene este último sistema. Habla del juego como factor educativo sin caer en un planteamiento lúdico irresponsable.

A mi juicio, el autor realiza un análisis certero del sistema educativo norteamericano, señalando con acierto los riesgos de la educación competitiva. Sin embargo, su propuesta de un cambio psicológicamente más sano, con matizaciones, no viene acompañada de un modo concreto de llevarlo a la práctica. Sugiere trabajar en proyectos basados en la resolución de problemas, pero probablemente esto solo sea un modo, discutible, de aplicar los principios que enuncia. Le falta, entre otras cosas, la educación en virtudes como la laboriosidad y el esfuerzo.Todo esto hace del libro no un punto de llegada, sino un trabajo exhaustivo que pone las bases para que otros busquen la manera de trasladarlo a la vida diaria. Como es lógico, entre tantas afirmaciones, algunas son muy dudosas; pero no deja de ser este libro un intento serio de buscar una alternativa al fracaso que genera en muchos ambientes el sistema educativo actual.

José Manuel Mañú

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