Españolas de Ultramar en la historia y en la literatura

Juan Francisco Maura

GÉNERO

Publicaciones de la Universidad de Valencia. Valencia (2005). 298 págs. 21 €.

«Mucho se ha hablado y escrito sobre la participación del hombre, del caballo e incluso del perro en la conquista del Nuevo Mundo. Muy poco, sin embargo, acerca de la participación de la mujer y de su importantísima labor en todos los aconteceres de lo que supuso el descubrimiento, conquista y colonización de las tierras americanas».

En efecto, la presencia ultramarina ibérica habría sido efímera y superficial sin la presencia de la mujer, transmisora en primer grado de la cultura. La Corona de España consideró indispensable para el dominio duradero y la explotación económica del Nuevo Mundo, la creación de asentamientos permanentes de los colonizadores. Para lograrlo fomentó el matrimonio y la vida familiar en las nuevas tierras y, con ese mismo objeto, reglamentó la emigración de mujeres a América. Paradójicamente, sus acciones y sus voces han permanecido silenciadas hasta el presente.

«Españolas de Ultramar…» es fruto de una rigurosa investigación en archivos americanos y españoles llevada a cabo por J.F. Maura, profesor de Literatura en la Universidad de Vermont. Sus profundos conocimientos sobre Crónicas de Indias salpican todo el libro de jugosas anécdotas, al tiempo que dedica un amplio capítulo a la presencia de mujeres en la vida intelectual. Entre ellas encontramos a las primeras escritoras de América.

Esta es la historia de las mujeres que dejaron la Península Ibérica hace quinientos años, dando nacimiento a muchos pueblos que hoy siguen hablando y manteniendo la lengua y costumbres de estas pioneras. Frente a la afirmación de la historiografía angloprotestante: «los españoles vinieron solos» y su corolario: «las primeras mujeres que llegaron cruzando el Atlántico a lo que es hoy Estados Unidos fueron las 18 que lo hicieron en el Mayflower», el autor señala que las primeras mujeres europeas que pasaron a Indias fueron probablemente las 30 que acompañaran a Colón en su tercer viaje (1497-1498). La investigación histórica demuestra que ellas siempre estuvieron al lado de los pioneros y no en un segundo plano, sino en la vanguardia de una sociedad naciente.

La condición social de estas mujeres era tan variada como la de los hombres. Muchas de ellas mejoraron sus condiciones de vida pasando al Nuevo Mundo donde, en principio, era más fácil hacer una buena boda y disfrutar de una autoridad que difícilmente hubieran alcanzado en España. Llama la atención el grado de responsabilidad e independencia de que algunas gozaban.

Del contrastado estudio de J.F. Maura destacamos a Dª María de Toledo, que llegaría a ser la primera virreina de América; a Aldonza de Villalobos, primera colonizadora de la venezolana isla Margarita; a Juana Hernández, expedicionaria que acompañó a las tropas de Hernando de Soto desde Nicaragua a Perú; a Inés Muñoz, la primera en importar y cultivar trigo en el Perú… y otras muchas, anónimas, que participaron en la conquista como enfermeras, cocineras o incluso soldados (como fue el caso de Catalina de Erauso, la monja alférez).

Dejar en el olvido a un número tan significativo de mujeres únicamente puede llevarnos a una visión distorsionada de la realidad y a seguir arrastrando el tópico de brutalidad y pillaje que se ha querido atribuir -al parecer con éxito- al colonizador español.

Margarita Sánchez

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