Tras el nombramiento de Thomas Cromwell como secretario de Estado y ministro principal de Enrique VIII, comienza una etapa convulsa para Inglaterra. El rey no logra un descendiente varón con Catalina, y la Iglesia católica no le concede la nulidad para casarse con Ana Bolena.
La escritora inglesa Hillary Mantel es la única mujer que ha logrado en dos ocasiones el prestigioso Premio Brooker. Fue en 2009 y 2012, por las dos primeras partes de Wolf Hall, tituladas En la corte del lobo y Una reina en el estrado, que fueron adaptadas en la primera temporada de esta miniserie, estrenada en 2015. Casi una década después, llega la segunda temporada, que adapta la última novela de la trilogía (El trueno en el reino, publicada en 2020).
Los responsables de esta serie son el director Peter Kosminsky (La flor del mal, Cumbres borrascosas) y el guionista Peter Straughan (Cónclave), que desarrollan con minuciosidad la madurez de Cromwell, un hombre que supo medrar de manera meteórica para pasar de ser herrero y batanero a secretario de confianza de hombres con tanto poder como el cardenal Wosley y Enrique VIII. Mark Rylance, ganador del Oscar al mejor actor secundario, por El puente de los espías en 2016, perfila un retrato complejo de un personaje ambicioso y humillado, inteligente y manipulador, con una interioridad siempre en conflicto por mantener intacta la dignidad personal sin perder la confianza del perverso Enrique VIII, interpretado por un sensacional Damian Lewis (Homeland).
La recreación histórica es excepcional, tanto en las localizaciones como en el vestuario, y la música de Debbie Wiseman enmarca perfectamente la época. A pesar de esta fidelidad histórica, hay un retrato maniqueo especialmente doloroso de santo Tomas Moro, al que se le define como un ambicioso más de la Corte. Sus enfrentamientos dialécticos con Cromwell son inverosímiles y exagerados, algo que sorprende en una serie con medidas dramáticas e históricas tan precisas.
A pesar de este error de bulto (aunque muy menor dentro del metraje total de la serie), Wolf Hall tiene el mérito de completar películas brillantes sobre esta época histórica, que culminó con el cisma Inglaterra, como Las hermanas Bolena (Justin Chadwick, 2008), Un hombre para la eternidad (Fred Zinnemann, 1966), o La vida privada de Enrique VIII (Alexander Korda, 1933).