Quién lo impide

Quién lo impide

PRODUCCIÓN España - 2021

DURACIÓN 220 min.

DIRECCIÓN

GÉNEROS

PÚBLICOJóvenes

CLASIFICACIÓNSexo

ESTRENO22/10/2021

Esta película comienza por el final. Hace poco más de un año, su director hacía una llamada por Zoom a los actores que habían protagonizado este peculiar experimento, entre la ficción y el documental, sobre la vida cotidiana de los adolescentes actuales. Terminaban así más de tres años de rodaje, y los improvisados intérpretes querían saber cuánto iba a durar finalmente la película. Jonás Trueba les confirma que serán casi cuatro horas, lo que provoca una carcajada y el asombro general, pero el director les confirma que no les miente, y que confía en que sus historias conecten con el espectador.

La confianza en los adolescentes, su espontaneidad y sentido del humor son las premisas de este proyecto que ahora se estrena en salas de cine, después ser la película más aplaudida de la sección oficial del pasado Festival de Cine de San Sebastián. Su metraje es toda una prueba de fe en el cine, en la adolescencia y en el talento de Jonás Trueba, que ya había mostrado su personalidad, idealismo y creatividad desde que estrenase su brillante ópera prima (Todas las canciones hablan de mí, 2010).

Como dicen varios de los protagonistas de Quién lo impide en un momento muy revelador de la película, a ellos les gustaría que se les representase “como personas, sin tanto drama… No se puede generalizar”. En sus vidas hay carencias, infantilismos, y también destellos de madurez, ternura e ingenio. Sus personajes no merecen arresto domiciliario, sino simplemente un poco de atención sin prejuicios.

En esa escucha hay muchos detalles que no se verbalizan, pero que se expresan con claridad en primeros planos luminosos que reflejan la belleza interior de los personajes. Entre ellos no hay criaturas impulsivas de carácter depredador, en permanente estado de queja ante lo mal que les trata el mundo. Tampoco dan lecciones a los adultos sobre cómo tienen que cambiar para entenderlos mejor, sino que su rebeldía es compatible con la educación, el respeto y la búsqueda de grandes ideales.

Frente al oleaje de escepticismo y morbo artificial que reina en las producciones sobre adolescentes de mayor audiencia, la película de Jonás Trueba es todo un shock de realidad. Una revolución en fotogramas que resulta fascinante y necesaria para cualquiera que ame el cine de personajes, y también para aquellos que quieran hacer una reflexión completa y pausada sobre la adolescencia contemporánea. La película dura cuatro horas, que se quedan cortas para el debate que suscita una obra tan poliédrica y sugerente.

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