El actor Ethan Hawke (Antes de amanecer, Boyhood) aprovechó el tiempo de confinamiento para ordenar una documentación audiovisual inédita, confidencial y muy extensa sobre Joanne Woodward y Paul Newman. Entre los dos sumaban casi 200 trabajos de interpretación en cine y televisión (152, él; 46, ella), y medio siglo de vida en común hasta el fallecimiento del actor de El buscavidas en 2008, a los 83 años de edad.
A lo largo de seis capítulos de una hora hay excesivas intervenciones de Ethan Hawke, que busca un montaje ágil en el que intervienen intérpretes de varias generaciones: van desde Laura Linney y George Clooney (que ponen su voz a los diarios y entrevistas escritas de la pareja protagonista), hasta directores de la talla de Martin Scorsese, Elia Kazan o Sidney Lumet. En la edición hay que reconocerle al actor que profundiza tanto en la vida profesional como en la longeva relación familiar, con la utilización de numerosas escenas de sus películas, muchas de ellas rodadas en común y poco conocidas por el gran público.
El acercamiento a dos actores de tanto carisma tenía el peligro de hacer un enfoque más mitómano que objetivo, pero la docuserie tiene el privilegio de tener delante a dos actores que siempre gozaron de una considerable capacidad de autocrítica. Quizás por eso los espectadores nunca se cansaron de verlos en la gran pantalla. El documental refleja sus dificultades para conciliar sus absorbentes trabajos, y el brillo desigual en su evolución como estrellas de Hollywood. Joanne Woodward fue la primera en recibir un Oscar por su magnífica –y poco recordada– interpretación en Las tres noches de Eva (Nunnally Johnson, 1957), mientras que Paul Newman tuvo que esperar para lograr ese premio hasta El color del dinero (Martin Scorsese, 1986).
A pesar de la falta de medida en el metraje final, el documental saca brillo a la estela de estos dos supervivientes de Hollywood, que supieron fusionar su experiencia teatral con el aprendizaje en el Actor’s Studio y la impagable química que hubo entre ellos. Una buena oportunidad para recuperar grandes tesoros del cine en los que mostraron una personalidad artística que sigue destacando en clásicos tan conocidos como Marcado por el odio, El largo y cálido verano, El golpe, Camino a la perdición y otras películas más minoritarias, pero tan arriesgadas como valiosas: Piel de serpiente; Raquel, Raquel, o El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas.