En su primera película, el ucraniano Mstyslav Chernov muestra las grabaciones que dieron la vuelta al mundo en los inicios de la guerra de Ucrania, entre febrero y marzo de 2022. La propaganda rusa contratacó inmediatamente acusando al gobierno de Volodímir Zelenski de haberse convertido en un productor de fake news, con actores que habían interpretado escenas de dolor tremendistas que no habían sucedido en la realidad.
Esta cronología de la masacre de civiles en Mariúpol es un reportaje en el que no hacen falta palabras, porque lo difícil es mantener la mirada. También hay testimonios personales y escenas de noticiario que muestran la batalla informativa, pero el enfoque se centra en las víctimas, algo que termina dañando a la construcción de un relato tan necesario y valioso como redundante.
El documental ya ha recibido el BAFTA y el premio del público en el Festival de Sundance. También está nominado en los Oscar en una categoría en la que parte como uno de los favoritos, aunque se enfrentará a producciones más meritorias en su elaboración artística y dramática, como Las cuatro hijas o La memoria infinita.