Inaugurada la primera iglesia católica en Qatar

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Se suceden las noticias sobre la situación de los cristianos en el orbe musulmán, casi siempre en términos negativos. Ciertamente, el secuestro y asesinato del arzobispo Paulos Farj Rahho, de Mosul de los Caldeos, ha supuesto un duro golpe para la paz y la concordia. Se añade a la triste realidad del éxodo de miles de cristianos iraquíes.

Pero ese dato, en parte, se compensa con la noticia de la inauguración, el 15 de marzo, de una iglesia católica en Doha, capital de Qatar, la primera abierta en ese país del Golfo pérsico, donde los creyentes acentúan su prudencia frente a las amenazas de grupos islamistas. El cardenal Ivan Dias acudió como legado pontificio para un acto que desbordó toda expectativa: la apertura de un templo dedicado a Nuestra Señora del Rosario en Doha. Es la primera de las cinco iglesias cristianas previstas en ese país que, aunque adherido oficialmente al wahabismo, se ha abierto en el último decenio a la libertad religiosa.

En Qatar viven unos 70.000 cristianos, la mayoría -unos 50.000- católicos. Todos ellos han celebrado hasta ahora sus actos de culto en escuelas u otros locales. Tras la iglesia católica, se abrirán sendos templos para los anglicanos, los coptos, los sirio-ortodoxos y los cristianos indios de distintas confesiones.

Entretanto, y tras la visita del rey Abdallah al Papa Benedicto XVI, se confirman las conversaciones de representantes de la Santa Sede con las autoridades de Ryad sobre la posibilidad de admitir lugares de culto católico en Arabia saudita. Hasta ahora, y en términos radicales, ese Estado prohíbe las prácticas religiosas no islámicas, aunque, sobre todo por la amplia presencia de inmigrantes de Filipinas, se calcula que unos cuatro millones de católicos viven hoy en ese país.

Al mismo tiempo llegan informaciones alarmantes de Argelia, como consecuencia de la aplicación de la ley aprobada en 2006, que plantea serios problemas a los cristianos. A pesar de todo, fue positiva la decisión del Consejo de Estado, que anuló la expulsión decretada por el gobierno del pastor Hugh Johnson, de 74 años, durante mucho tiempo presidente de la Iglesia protestante de ese país, en el que vivía desde hace 45 años. El arzobispo católico de Argel manifestó su alegría, porque se trata de la primera buena noticia en este último año y medio, en que se han sucedido ataques y decisiones contra los cristianos. Poco antes, los cuatro obispos católicos de Argelia habían publicado una carta abierta contra esa expulsión.

La batalla oficial contra el proselitismo en la antigua colonia francesa niega la libertad religiosa. Tras la condena penal a un sacerdote católico de Orán, la última muestra es la suspensión decretada contra dos iglesias protestantes en Kabilia, aunque habían sido fundadas mucho antes de la ley que reguló en 2006 los cultos no musulmanes en Argelia.

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