Andreas Espegren Masvie, de 32 años, es un periodista y comentarista político y cultural noruego, casado, padre de dos niñas. Actualmente vive en Oxford, donde prepara un doctorado en Teología. Allí ingresó en la Iglesia católica junto con su esposa; los dos eran protestantes. En una entrevista de Andrea Galli para Avvenire habla de su conversión y del crecimiento del catolicismo en Noruega.
Aunque “conversión” no es un término del todo adecuado, como Masvie explica en su newsletter. Para él, hacerse católico fue, más que convertirse, “redescubrir la fe de nuestros antepasados, más aún: de los Padres de la Iglesia”.
En efecto, anota Galli, Noruega fue católica durante quinientos años; ¿existe entre os noruegos la conciencia de que el catolicismo está en las raíces de su país? “Eso –responde Masvie– es conocido como hecho histórico. Pero hoy ese hecho está adquiriendo una nueva relevancia espiritual. (…) Creo que algunos noruegos están dándose cuenta de que, si bien el catolicismo, visto superficialmente, puede parecer extraño y ajeno, en un sentido más profundo es no solo el seno materno de los cristianos noruegos, sino su madre viviente”.
¿Hay entonces un “renacimiento” de la Iglesia católica en Noruega? Masvie cree que aún es pronto para saberlo, pero “estamos asistiendo a un cambio inesperado”. En particular, le “llena de entusiasmo” la elevada categoría de los dos obispos del país, Fredrik Hansen (Oslo) y Erik Varden (Trondheim), ambos nativos y conversos del luteranismo. “Me parece que hemos sido bendecidos con unos guías espirituales que son de los mejores”.

También siguen influyendo, dice Masvie, las obras y el ejemplo de Sigrid Undset (1882-1949), premio Nobel de Literatura en 1928, de cuya conversión al catolicismo se cumplió el centenario el año pasado. Con sus novelas “creó, de un modo inteligente y sutil, un imaginario católico”. No menos importante es su personalidad. “Era una figura pública de relieve, muy aguda, de gran calor humano y notablemente difícil de etiquetar. Lo que invita a preguntarse: ¿Por qué esta persona extraordinaria se hizo católica? ¿Cuáles pudieron ser sus razones? Y una vez que uno se plantea seriamente estas preguntas, comienza a superar su protestantismo”.
De todas formas, ¿siguen pesando los antiguos recelos hacia el catolicismo? En Noruega, recuerda Masvie, la Iglesia católica estuvo vetada desde la Reforma hasta 1843, y la Constitución contenía una cláusula que prohibía la presencia de órdenes religiosas, cláusula que no fue abolida hasta que el país ratificó el Convenio Europeo de Derechos Humanos, de 1950. En opinión de Masvie, el sentimiento anticatólico existe aún “en algunos sectores de la cultura protestante”, pero “está debilitado y en vías de extinción”.
En cuanto a su propio camino hacia la Iglesia católica, Masvie explica que duró unos diez años, y que lo recorrió con “muchos pasos grandes y pequeños, algunos intelectuales, otros emotivos y también otros sociales”. Uno decisivo fue comprender con nueva luz las vías para conocer a Dios, y por tanto a nosotros mismos, lo que hizo “desplomarse el muro entre la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición”.
Masvie y su esposa son autores de un libro sobre la eutanasia, que sale al paso de las presiones políticas para legalizarla. Este fenómeno es propio, dice, de “una época que ha perdido lo divino como horizonte último de la vida y de la muerte, lo que impide encontrar sentido al dolor en el final de la vida”.